El Gobierno oficializó un nuevo incremento en los impuestos que gravan los combustibles, el cual comenzará a regir a partir del 1° de agosto. La medida fue establecida mediante el Decreto 522/2025, publicado en el Boletín Oficial, y contempla un aumento parcial de los montos que se aplican tanto sobre la nafta como sobre el gasoil, con impacto directo en los precios en surtidores.
La norma, firmada por el presidente
Javier Milei, el jefe de Gabinete Guillermo Francos y el ministro de Economía Luis Caputo, dispone una modificación en el esquema de actualización del Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y del Impuesto al Dióxido de Carbono (IDC), cuya aplicación había sido diferida a lo largo de 2023 y en lo que va de 2024. “Entre el 1° y el 31 de agosto de 2025, para la nafta sin plomo y nafta virgen, el aumento será de $6,954 por litro en el ICL y de$0,426 en el IDC”, precisa el texto oficial.
En el caso del gasoil, la suba será de $5,615 por litro en el impuesto a los combustibles líquidos y de $0,640 en el impuesto al dióxido de carbono. Esta actualización impositiva se traduce en un aumento estimado del 1% en el precio del litro de nafta en la Ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, aún no se confirmó si las petroleras trasladarán ese costo al consumidor en los próximos días.
Durante julio, la petrolera estatal YPF, que concentra más del 50% del mercado local, realizó dos incrementos en sus precios de surtidor, con un alza acumulada del 6,1%. Además, comenzó a implementar un sistema de precios variables según franjas horarias, con valores más bajos en períodos de menor demanda. La empresa dejó de comunicar aumentos mensuales fijos y adoptó una estrategia de actualización dinámica basada en la evolución de costos y del mercado.
Además, a partir del 1° de septiembre se aplicará la actualización total de todos los trimestres pendientes entre 2024 y el primer trimestre de 2025. Esa recomposición impositiva había sido prorrogada por al menos doce decretos anteriores. El objetivo, según indicaron desde el equipo económico, es “atenuar el impacto en los precios” mediante subas graduales.
Si bien en algunas provincias y en la Ciudad de Buenos Aires se registran señales de recuperación interanual en la venta de combustibles, la demanda todavía se mantiene por debajo de los niveles previos a la pandemia. En ese marco, desde el Ejecutivo intentan recuperar ingresos fiscales sin generar una aceleración brusca en la inflación a través de aumentos escalonados.