El domingo, militares israelíes profundizaron la ofensiva contra los trabajadores de prensa en la Franja de Gaza, al asesinar a un grupo de seis periodistas de la cadena Al Jazeera, entre ellos el reconocido corresponsal palestino Anas al-Sharif. “Otro ataque flagrante y premeditado contra la libertad de prensa”, denunció el canal tras confirmar que un bombardeo israelí impactó de manera directa contra la carpa de reporteros instalada junto al hospital Al Shifa, en la capital del enclave.
El ejército israelí admitió la autoría del ataque y justificó la acción acusando a Al-Sharif de ser “un terrorista de Hamás que se hacía pasar por periodista, responsable de promover ataques con cohetes contra civiles y tropas israelíes”. Sin embargo, dichas acusaciones ya habían sido rechazadas por la relatora especial de la ONU, Irene Khan, quien en julio señaló que carecían de fundamento.
Apenas media hora antes de su muerte, el periodista Al Sharif había publicado un video en la red social X donde advertía: “Bombardeos sin parar. Desde hace dos horas, la agresión israelí se intensifica en la Ciudad de Gaza”.
En el ataque también murieron los camarógrafos Ibrahim Zaher, Mohammed Noufal y Moamen Aliwa, además del reportero Mohammed Qreiqeh. Frente al hecho, la cadena Al Jazeera condenó el ataque como “un asesinato selectivo”.
En ese sentido, el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) denunció que desde el inicio de la ofensiva israelí, el 7 de octubre de 2023, han verificado al menos 186 asesinatos de trabajadores de prensa y 90 detenciones arbitrarias. Mientras que la Oficina de Medios de Gaza sostiene que la cifra real supera los 230.
El ataque se produjo en un contexto de bloqueo informativo, durante la prohibición del ingreso de prensa internacional a la Franja por parte del Gobierno de Israel, que deja a periodistas palestinos como los únicos en el terreno para documentar la masacre. Agencias como AFP, Reuters, BBC y AP emitieron un comunicado conjunto expresando su “profunda preocupación” por la seguridad de sus colegas y advirtiendo sobre la hambruna masiva que enfrenta la población gazatí.
Este nuevo crimen contra la prensa coincide con el anuncio del primer ministro Benjamin Netanyahu de ampliar la ofensiva militar hacia Ciudad de Gaza y zonas de refugiados en el centro y sur del enclave. La ONU advirtió que el plan podría “desencadenar otra calamidad”, con más desplazamientos forzados y muertes civiles.