El dólar mayorista, referencia para exportadores y precios internos, cede hasta $1.353 para la venta y perfora el nivel previo a las elecciones bonaerenses. La baja llega después de dos señales políticas: la reducción temporal de retenciones al agro y la promesa de un acuerdo con Washington para oxigenar las reservas del BCRA. Pese al ruido del lobby financiero, el Gobierno celebra un tipo de cambio que corre por detrás de la realidad social.
En ventanilla, el minorista promedia $1.326,99 para la compra y $1.380,80 para la venta, y en el Banco Nación se ubica en $1.325 y $1.375, respectivamente. El llamado dólar tarjeta se ubica en $1.787,5. Entre los paralelos, el blue recorta $60 hasta $1.415; el MEP baja 3,1% a $1.383,17 y el CCL cede 3,4% a $1.391,41, con brechas que se achican sobre el mayorista.
La plaza de futuros también afloja: los contratos descuentan un mayorista en torno a $1.340 para fines de septiembre y $1.455 en diciembre, por encima del techo de la banda oficial. En la operatoria del día, “La baja se da sin haberse concretado aún un ingreso significativo de ventas del agro… Habrá que ver en qué nivel el Tesoro considera razonable volver a comprar dólares”, expresaron fuentes del mercado. Algunos operadores remarcan que el oficialismo no busca un “piso” por la posición vendida del BCRA en futuros y piden mirar de cerca la brecha MEP-oficial.
Detrás de la euforia cambiaria late la pregunta de fondo: si el supuesto salvataje externo llega y en qué condiciones. Lo fundamental, advierten en la city, es “reanclar expectativas” y que las bandas cambiarias sean creíbles incluso después de votar. Desde el campo nacional y popular, la señal es clara: sin crédito productivo, sin salarios que le ganen a los precios y sin defensa del mercado interno, ninguna foto ni corrida de pantalla cambia la vida de los argentinos.