15.05.2015 / "Con el objetivo de no ser un obstáculo", argumentó

Posse declinó su candidatura y pide una gran interna opositora

El intendente de San Isidro anunció que no competirá por la gobernación bonaerense "con el objetivo de no ser un obstáculo" en el armado de la coalición entre la UCR y el PRO ante el crecimiento del FpV en las encuestas.




El intendente de San Isidro, Gustavo Posse, declinó su candidatura a gobernador bonaerense "con el objetivo de no ser un obstáculo" en el armado de la coalición entre el PRO, la UCR y la Coalición Cívica-ARI. Además, pidió una primaria amplia que incluya a la mayor cantidad de precandidatos de la oposición para disputarle la provincia al Frente para la Victoria (FpV) ante su crecimiento en las encuestas.

"Pasa el tiempo y vemos que el oficialismo se fortalece, sus candidatos se definen, arman acuerdos y suman dirigentes. Mientras tanto, la oposición permanece desunida. Por esa razón dejo de lado mi candidatura a gobernador, con el objetivo de no ser un obstáculo en el armado que llevan adelante el PRO, la UCR, la COALICIÓN CÍVICA, ESPACIO ABIERTO, partidos vecinalistas, independientes y otras fuerzas del campo democrático", aseguró en una carta publicada a través de su cuenta de Facebook.

POR LA UNIDAD DE LA OPOSICIÓN, DEJO DE LADO MI CANDIDATURA A GOBERNADORDesde hace más de un año recorro, como...

Posted by Gustavo Posse on Viernes, 15 de mayo de 2015


La candidatura de Posse era resistida tanto al interior del PRO como de la Unión Cívica Radical (UCR). En el macrismo, el rechazo al intendente es encabezado por el primo de Mauricio Macri y edil de Vicente López, Jorge Macri, y por tres de los asesores del jefe de Gobierno: Jaime Durán Barba, Nicolás Caputo y Marcos Peña. Según ellos cuatro, incluir al sanisidrense como precanidato de su espacio debilitaría aún más la imagen de nueva política que quiere mostrar el PRO, ya que Posse integró la UCR, el FpV, el PRO y el Frente Renovador y gobierna el municipio ininterrumpidamente desde 1999.

Por su parte, en el radicalismo desconfían del hijo del ex intendente vecinalista y aliado a la UCR, Melchor Posse. "Lo único que le preocupa es él mismo. Cada vez que llega una elección tenés que estar viendo qué va a hacer, si va a aliarse con uno, con otro. Todo el tiempo el mismo tacticaje", regaña un dirigente radical de más de treinta años de trayectoria en la Primera Sección Electoral. 

Esta resistencia por parte de la UCR se cristalizó cuando el precandidato presidencial del radicalismo Ernesto Sanz aseguró que María Eugenia Vidal, la vicejefa de Gobierno porteño, será su candidata en la provincia de Buenos Aires.



En un principio se barajaba la posibilidad de una primaria entre la funcionaria del PRO y algún precandidato radical (como Miguel Bazze, por caso), pero se frustró porque ninguno dentro de la UCR accedió a ocupar ese lugar. "Nadie quiso ponerse en la boleta para que le llenen la cara de dedos. Cualquiera de nosotros que fuera iba a perder con Vidal y sacar 5% puntos", reconoce un radical bonaerense.

Pero además, es lo que venían pidiendo los 17 intendentes que tiene la Unión Cívica en la provincia de Buenos Aires. En una reunión con Sanz el mes pasado, los jefes comunales reclamaron que los habilitaran para llevar junto a sus boletas la de Vidal para gobernadora y tres para la elección presidencial: la de Macri, la de Sanz y la de Elisa Carrió, en el caso de que se presente. Su intención es sumar los votos que les otorga el arrastre de la boleta presidencial de Macri, que sería mayor a la de Sanz.

Por eso, Posse también respaldó a la vicejefa porteña. "La candidatura que surja de este espacio es la que vamos a respaldar. Soy el primero que cede el paso para facilitar la candidatura de Vidal o cualquier otra candidatura que sea superadora", dijo en la carta en la que renuncia a su candidatura y propone una primaria amplia de la oposición, en línea con lo que había pedido públicamente el intendente de San Miguel, Joaquín de la Torre, y luego de la reunión que Sergio Massa mantuvo con el armador del PRO, Emilio Monzó, que despertó sospechas sobre una posible unificación de la oposición.