31.07.2016 / En diálogo exclusivo con Política Argentina

“El PRO es un gobierno consecuente con su ideología, su éxito le va a significar un gran dolor para el pueblo argentino”

En una entrevista con Política Argentina, el ex ministro de Trabajo y actual jefe del bloque del Frente para la Victoria (FpV) en la legislatura porteña, se refirió al macrismo, los desafíos en la Ciudad y su trayectoria como funcionario. También habló sobre sus vínculos con los Kirchner y cómo fue gestionar después de la crisis más importante del país.

por Giuliana Fernández




Carlos Tomada fue uno de los pocos ministros que se mantuvo en su cargo durante los 12 años del gobierno kirchneristas. Asumió como representante de la cartera laboral cuando Néstor Kirchner fue elegido como presidente con el porcentaje de votos más bajo desde la vigencia del sufragio universal. Hoy se encuentra en la legislatura porteña y señala que le gusta estar en un bloque en donde están todas las expresiones del FpV. Niega que la fuerza a la que pertenece vaya a desaparecer y confirma a Cristina como la líder del movimiento nacional y popular. Además apunta contra Cambiemos y señala que no tienen nada nuevo para proponer.

A metros de la Casa Rosada, está la legislatura porteña, escondida entre andamios y chapas por las remodelaciones, está una de sus puertas que permite el ingreso. El despacho de Tomada tiene una de las mejores vistas, el ex ministro asegura que lo mejor está afuera y que cuando el sol cae las cúpulas de los edificios antiguos muestran otro microcentro.

Se sienta pero el celular no deja de sonar, en uno de los llamados arregla un almuerzo en un bodegón, dicen que es habitué de esos lugares, se siente cómodo. Ya pasaron más de seis meses desde que asumió como legislador, todavía no se apropio totalmente del espacio aunque se ve una imagen con Estela de Carlotto, Néstor, Cristina y algún que otro cuadro de agradecimiento por sus años como ministro de Trabajo.


¿Cómo definís a este gobierno?


Como un gobierno insensible, un gobierno consecuente con su ideología, cuyo éxito le va a significar un gran dolor para el pueblo argentino.


En este marco, Tomada se refiere a la nota editorial que publicó La Nación la semana anterior, la cual plantea la necesidad de llevar adelante una “reforma del modelo vigente de relaciones laborales en la Argentina ¿Qué opinión te merece esa nota? ¿Crees que se viene una reforma laboral?


Me llaman la atención estos editoriales, es el tercer editorial de La Nación en la misma línea, es un pliego de condiciones. Me hace acordar a aquel artículo de Claudio Escribano que fue un pliego de condiciones publicado en la tapa de La Nación, sobre lo que Néstor tenía que hacer pero que por supuesto Néstor no hizo.


Lo más llamativo es que es un recetario viejísimo de medidas a tomar en el campo laboral que ninguna encuentra lógica en la situación concreta y real de nuestro país, esos no son los problemas del mundo del trabajo, eso es pura ideología. No tiene nada que ver con los problemas reales que pasan por la precariedad y el trabajo no registrado.


Cuando del mundo del trabajo se trata, el ex ministro levanta la voz y habla menos pausado. No se caracteriza por pronunciar demasiadas críticas hacia los sectores opositores, de hecho ingresó al ministerio de Trabajo en la gestión de Alfonsín, un radical, pero en esta temática no lo duda.


Es un conjunto de lugares comunes que demuestra que no tienen nada nuevo para contar. En realidad el PRO no tiene nada nuevo para proponer, es lo viejo porque volver a proponer lo que son recetas de los años 90, que la Argentina ya sufrió, volver a plantearlas como si nada hubiera ocurrido, me parece preocupante penoso e inútil.





Actualmente sos legislador porteño ¿Cómo fue el cambio de la actividad?


Implica todo lo diferente que significa trabajar en el ejecutivo y pasar a un trabajo parlamentario. Son otras reglas, otros tiempos, es diferente. No fue sencillo, creo que estos seis meses me han ayudado a comprender esa dinámica. El desafío es para mí y para todos, estamos trabajando con acuerdos, con tensiones.


¿Las tensiones que se dan a nivel nación también se reflejan en Ciudad?


No necesariamente las mismas pero si, existen, aunque se procesan de otra manera. Acá estamos hablando de la política partidaria de la Ciudad de Buenos Aires que le da un sesgo diferente.


¿Qué temas puntuales hay que trabajar en la Ciudad?


Hay temas que son estructurales y otros que los podríamos llamar coyunturales. Me parece que van a tener distinta evolución. Los estructurales son los que  tienen que ver con la vivienda, con el uso del espacio público…. Ahora los coyunturales, son los que están determinados por el contexto.


¿Cómo cuales?


Educación pública, salud pública y seguridad. Todos temas que la gestión anterior había que dar cuenta pero con una diferencia, que había un contexto nacional donde el empleo se mantenía, el salario mejoraba, y las condiciones sociales en general iban en mejorando. Eso le permitió a Macri poder desplegar otras políticas interesantes en la Ciudad de Buenos Aires como las de transporte, y embellecimiento. Me parece que ahora esa situación social se va a deteriorar.


Rodríguez Larreta tiene la desgracia de que Macri sea presidente y no le puede echar la culpa. El contexto se va a deteriorar como consecuencia de las políticas que se están aplicando.


¿Están trabajando con algún proyecto en especial?


Estamos trabajando muy fuerte en educación, en un proyecto de presupuesto participativo. Nos parece uno de los ejes más importantes.





Años previos a 1970 Tomada comenzó a militar. En su familia, la política siempre estuvo presente, su padre, un funcionario del peronismo, su madre socialista. Asegura que el nosotros y ellos siempre circuló en las mesas de domingo ¿Cómo comenzaste en la actividad partidaria? ¿Fue en la universidad?


No, no fue por la universidad. Nunca hice política universitaria. La política siempre formo parte de mi vida, mi padre había sido funcionario del peronismo, mi mamá era opositora del peronismo, era socialista. Y yo, como casi no podía ser de otra manera, comencé a militar un poco antes de los 70 asique fui atravesado por todo ese momento político.


¿Como recordas a la dictadura?


Yo ya estaba recibido, trabajaba. Viví con los temores que se vivía en ese momento. Estaba rodeado por amigos y familiares que tenían un compromiso político. Tratando de hacer una vida normal y común…Me involucre mucho en la actividad deportiva, entrenaba a chicos.


¿Y durante el gobierno de Alfonsín que hiciste?


Fue la vuelta de la democracia, fue la vuelta a ser docente universitario.Yo había estado en Derecho hasta que nos echaron en el año 74 y volví al ciclo básico que se acaba de crear. Me acuerdo que me convocó Recalde (Héctor, actual diputado nacional), en una materia general sobre el derecho. Al poco tiempo comencé a ser docente en la carrera de Relaciones de Trabajo, donde terminé siendo director. Por ese tiempo yo estaba adscripto en tareas técnicas al ministerio de Trabajo.


Un día de una manera absolutamente casual el ministro que acababa de ser designado en el 87, Tonelli, me convoca para ser director. Al principio le dije que no porque yo era peronista y estaba pensando en un proyecto en la actividad privada y me dio tiempo para pensarlo. Hice algunas consultas y terminé aceptando.


¿Podríamos decir que los radicales te sumaron al ministerio?


Si, absolutamente.Y me toco participar de una muy buena gestión. Cuando salí de ahí empecé en la actividad privada.


¿Entonces en los 90 estuviste enfocado en la actividad privada?


Si


¿Cómo llegaste a ser ministro de Néstor Kirchner? ¿Por qué te eligió?


De alguna manera siempre seguí la política. En el año 94, comencé a trabajar con Bordón, continúe con el mucho tiempo. En el 98 se conforma un grupo que se llamó El Grupo Calafate, en el que me invitan a participar. Ahí me empiezo a vincular con Néstor Kirchner.


¿Quiénes estaban en el Grupo Calafate?


Alberto Fernández, Oscar Baldovino, Ignacio Ortiz, Julio Bárbaro, Norberto Talento, Esteban Righi… Ese grupo después se convirtió en un grupo más chico. Ahí la conozco a Cristina Fernández de Kirchner, que en ese momento era senadora, quién era realmente la conocida para los porteños, claro. Tal es así que las reuniones de ese grupo se hacían en mi estudio porque estaba y está al lado del Senado y Cristina salía de sus reuniones en el Senado e iba para ahí.


Según los datos del INDEC en el 2003 el 30 por ciento de las personas laboralmente activas tenía serios problemas laborales, el 12 por ciento estaba subocupada y buscaban otro empleo y el 19 por ciento desocupada. Por otro lado hacia 2011 esa proporción se había reducido al 12 por ciento con aproximadamente un 6 por ciento de subocupados y un 6 por ciento de desocupados. Sin embargo el índice de trabajo en negro continúo alto. En este marco ¿Cómo fue ingresar en el ministerio de Trabajo?


Mira qué curioso, es la tercera vez en el día que me preguntan esto y no es para nada habitual. Pasaban dos cosas al mismo tiempo, por un lado al ministerio de trabajo y al mundo del trabajo los conocía. Eso me permitió uno de los ejes centrales de mi gestión, que fue armar un equipo en 48 horas de distintos orígenes, con un gran conocimiento del mundo de trabajo y que prácticamente me duró los 12 años En segundo lugar saber o tener la idea de cuáles eran los desafíos que teníamos que eran dos, por un lado atender y contener a la inmensa población argentina desocupada. Tal es así que a los 7 días de asumir como ministro firmé 2300 millones de planes jefas y jefes de hogar. Había 2300 argentinos que recibían esos planes, que eran de contención pura. Al mismo tiempo, otro de los objetivos era ir generando condiciones que nos permitieran generar empleo, aunque en todo caso no es competencia del ministerio de trabajo, sino que ese empleo llegara a todos esos desocupados que percibían planes sociales, que llegara a todos aquellos que tenían competencia y calificaciones y que se creara empleo de la mejor calidad posible, empleo registrado.


¿Crees que, por lo menos en ese período, se lograron eso dos ejes?


Si, ahí empezó todo un proceso que fue cambiando muy rápidamente. La inserción laboral se empieza a producir, se exploran todas las formas, desde las empresas recuperadas, a las cooperativas de trabajo y le generación de empleo formal en un país que empieza a ponerse de pie a partir del trabajo.  Teníamos claro que la política de ingreso, salario, empleo y seguridad social, además de ser un elemento de la dignidad del hombre, era necesariamente un factor de desarrollo económico. Nosotros necesitamos que hubiera trabajo con salario digno porque eso para nosotros era una rueda de la economía. La rueda virtuosa: trabajo, trabajo consumo, consumo demanda, demanda producción, más producción, requiere más trabajo, más trabajo requiere más empleo. Y ese círculo virtuoso, fue el que para nosotros entro en pleno funcionamiento a partir de 2004. Ahí todo empezó a cambiar, los planes sociales pasaron a ser un puente para acceder a un trabajo. La capacitación, que era capacitación de contención para hacer algo, se empezó a convertir en una capacitación imprescindible. Ese era el mundo que nosotros encontramos, el mundo que empezamos a transformar, no digo que lo transformamos pero si, como balance, hubo un salto muy grande en la creación de empleo.




El teléfono continua sonando, tiene que encontrarse con una de las legisladoras del FpV, pero antes de eso se refiere al espacio del que forma parte  ¿Desaparece el kirchnerismo?


No, en estos términos te digo que nosotros seriamos lo nuevo. El movimiento nacional y popular del cual el kirchnerismo forma parte tiene mucho para decir, va a tener mucho para decir. Si siguen insistiendo por este camino el pueblo le va a contestar de otra manera.


¿Se va a reunificar el campo popular?


Seguramente. Yo creo que es el desafío de este tiempo es la construcción de unidad


¿Con que líder?

En términos de liderazgo está claro que Cristina sigue conservando ese lugar. Eso no se anota, no es con puntos como un campeonato. Fotos: Soledad Quiroga  
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