15.10.2018 / Paz cortesana

La guerra por otros medios: el furibundo crítico de Lorenzetti que Rosenkrantz puso en la Corte para sellar la "paz"

A pesar de la promoción de que con la acordada que "zanjó" la pelea por el CIJ entre el actual jefe del tribunal y su antecesor los supremos firmaron la paz, parece que más bien volvió la guerra fría: Rosenkrantz puso a cargo de la institucionalidad de la CS que tanto importaba a Lorenzetti, a un crítico de su "personalismo" y del cargo que ahora ocupa. Los detalles.

por Marcelo Rielo



"Todo concluye al fin, nada puede escapar. Todo tiene un final, todo termina", reza Presente, un clásico del rock nacional creado por Vox Dei, y este artículo adhiere a tal idea. No obstante, en el tránsito hacia ese final hay capítulos. Justamente, el culebrón que estalló esta semana entre el actual presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Carlos Rosenkrantz, y su antecesor y actual ministro del tribunal, Ricardo Lorenzetti, tuvo desde el reciente cambio de autoridades al menos dos episodios que pretenden ser vendidos por los productores de los mismos con la novela completa. Sin embargo, no se trata de nada más ni nada menos que de una falsa paz para que la guerra continúe por otros medios

Tras la formalización de la llegada de Rosenkrantz a la cabeza de la Corte, se produjo el capítulo 1 que hizo público el final de la guerra fría que mantenían ambos jueces y significó la toma de las armas. En este, el nuevo jefe del Poder Judicial publicó una acordada unipersonal en la que acusó, básicamente, a Lorenzetti de llevarse las llaves y vaciar el Centro de Información Judicial (CIJ).



El magistrado rafaelino se puso al hombro el segundo episodio y, no sólo no demoró en responder sino que, cuando lo hizo, le disparó munición a su sucesor, al enrostrarle supuestos argumentos justificatorios de su accionar con el portal de noticias de la CS y señalar al exrector de la Universidad de San Andrés de avanzar contra la institucionalidad, proceder de forma "autoritaria" e incluso ejercer una suerte de violencia de género contra María Bourdin, quien estaba al frente del CIJ bajo la administración Lorenzetti.

Ayer, los cinco ministros de la Corte se juntaron por primera vez desde que los dos pesos pesados del cuerpo se dispararan con todo y, en lo que fue la primera acordada firmada desde que Rosenkrantz asumió como presidente del máximo tribunal, promocionaron un acuerdo de paz unánime al eliminar la Secretaría de Comunicación y Gobierno Abierto bajo la que funcionaba el CIJ, y reemplazarla por las flamantes Secretaría de Desarrollo Institucional y la Dirección de Comunicación y Gobierno Abierto.

Sin embargo, la resolución decidida en este tercer capítulo que los magistrados supremos intentaron vender como la superación de la interna es, más bien, la apertura de un nuevo episodio del conflicto. No sólo Rosenkrantz ya tiene en su mochila una denuncia penal y un pedido de juicio político y su antecesor firmar tres expedientes para tirar a la basura la auto-admirada estructura institucional que él mismo había moldeado. Es que el reemplazo de Bourdin, de extrema confianza de Lorenzetti, es Valentín María Thury Cornejo, nuevo secretario de Desarrollo Institucional que durante toda la extensión de lo que él llamó la "Corte Lorenzetti" se constituyó en un furibundo crítico del exjefe del máximo tribunal


Thury Cornejo es un jurista especialista en derecho aduanero y tributario, mencionado y consultado como "constitucionalista" -como se supone son todos los abogados-, doctor por la Universidad Carlos III de Madrid que, al menos hasta mediados de 2013, fiel al riñón cercano al macrismo de Rosenkrantz, utilizó el blog Todo sobre la Corte para criticar diversas iniciativas del kirchnerismo pero, principalmente, destrozar la comunicación del ex jefe supremo, su búsqueda de "legitimar" al máximo tribunal y disparar artillería pesada  contra el "personalismo" de la "Corte Lorenzetti".


"LEGITIMACIÓN, LEGITIMACIÓN, LEGITIMACIÓN": PERSONALISMO INCONSTITUCIONALISTA PARA LA TRIBUNA

Para el flamante secretario de Desarrollo Institucional que Rosenkrantz eligió para hacer las paces con Lorenzetti, el máximo tribunal en tiempos de conducción de este último se podía bautizar "La Corte Lorenzetti". Al menos, eso se preguntó en octubre de 2012 en el título de una publicación de su blog que refería a las razones por las que el rafaelino se encaminaba hacia su tercer mandato como jefe supremo.
 
"Así podría comenzar a llamarse esta Corte Suprema, sobre todo luego de la renovación del mandato de Ricardo L. Lorenzetti para un tercer período como Presidente (si completara su mandato, sería el quinto período presidencial más extenso, luego de Bermejo, Repetto, Paz y Gorostiaga)", sugería, resbaloso, Thury Cornejo, que también en otro artículo catalogó el estilo del exmagistrado líder del organismo judicial como "personalismo institucional".

Según el funcionario de la Corte amarilla, "los roles institucionales" que un Presidente de la CS debe cumplir no fueron los que motivaban ni al magistrado rafaelino ni a los ministros que lo elegían. "Sí parecen serlo, en la actual política de la CS, la representación institucional del Tribunal ante la opinión pública, tarea a la que Lorenzetti le ha dedicado ingentes esfuerzos en los últimos años".

"La receta discursiva de Lorenzetti (`legitimación, legitimación, legitimación`) se construye a partir de dos ejes centrales: la labor jurisprudencial de la Corte Suprema y las reformas que ha propuesto en estos años", aseguró unos meses después, en febrero de 2013, en ocasión de comentar el discurso de apertura del año judicial del extitular de la Corte.

Allí, Thury Cornejo sostuvo que Lorenzetti siempre repitió la misma "novela": "El Presidente de la CSJN realiza variaciones sobre sus temas preferidos y en sus modulaciones hay que leer las respuestas que da a las preocupaciones actuales de la ´familia judicial´ y de la Corte Suprema".

Tras exponer que Lorenzetti dejó ver en sus discursos su cuestionamiento hacia el gobierno kirchnerista por algunas consecuencias de quita de poder a la Corte que existían en el proyecto de democratizacón judicial y que preferiría no tener que decidir sobre la ley de medios, TC confirmó lo previo al señalar que el ministro construyó "un relato selectivo" para difundir el "carnet de identidad" del tribunal como una "Corte activista y progresista".

¿Qué hacía que se cumpliera la ley en la "Corte Lorenzetti" según el hombre que ahora encabeza la estructura comunicacional que Lorenzetti creó? Parece ser que nada. Es que según Thury Cornejo, en ocasión de enviar una carta a la Cámara de Diputados acerca de los proyectos de democratización de la justicia, el exjefe del máximo tribunal demostró que con tal de defender la caja y el poder sin control de la CSJN incluso defendió elementos inconstitucionales.

"La Corte defiende sus propios intereses, lo hace infringiendo la norma constitucional y, para lograr su cometido, condiciona su intervención futura para evaluar la legitimidad del resto de esta reforma y de asuntos tan relevantes e inminentes como la Ley de Medios. O sea, una verdadera definición de qué es y por donde pasa la independencia judicial para la Corte Suprema", disparó.


CUANDO TU JEFE TE PUS0 AL FRENTE DE UN CARGO QUE ANTES LE CRITICABAS FUERTE AL ENEMIGO DE TU JEFE: LA CORTE QUE IMPOSTABA APERTURA PARA EVITAR CONTROL Y QUE NO SE HACÍA ENTENDER

Paradójicamente, Thury Cornejo, el hombre al que Rosenkrantz puso a cargo del desarrollo institucional de la Corte, con la comunicación y las funciones de "gobierno abierto", no sólo criticaba duro la figura de Lorenzetti, sino también el espíritu institucional, comunicacional y de "apertura" que el supremo rafaelino imprimió en el máximo tribunal durante su Presidencia.



De hecho, desde "Todo sobre la Corte" el funcionario de Rosenkrantz le pegó fuerte al Centro de Información Judicial, el portal de noticias que jugó de puntapié inicial entre la pelea de los cortesanos, que ahora estará bajo su control. En el artículo de junio de 2011 "Hablando, ¿se hace entender la Corte?", Thury Cornejo hablaba de posible "falta de claridad o precisión", de "piloto automático" en la comunicación de los casos que no le interesaban a Lorenzetti y criticaba abiertamente su "política informativa".

También hace referencia en la nota "La lucha por la información", a la pelea de Lorenzetti por monopolizar la comunicación judicial: "... la Acordada 15/2013 por la cual la Corte ordena a las Cámaras Federales y a los tribunales orales que publiquen sus decisiones a través del Centro de Información Judicial".

"La acordada comienza por afirmar un monopolio, para el cuál tiene buenas razones (aunque no enteramente concluyentes, ya que en muchos países -v.gr: España y su Tribunal Constitucional- las sentencias se publican en el Boletín Oficial). Pero la aparición de un competidor no aclara toda la situación", agregó el funcionario de Rosenkrantz, en referencia al momento en que nacía el ya extinto por el macrismo Infojus, un portal de noticias judiciales que dependía del Ministerio de Justicia.

Finalmente, el "Paradojas del Gobierno Abierto", el secretario que tiene bajo su mando la dirección de Gobierno Abierto critica la "estrategia comunicacional" oculta en el Gobierno Abierto, el "nuevo emprendimiento" de la Corte de Lorenzetti en febrero de 2012.
  Resume Thury Cornejo que Lorenzetti construyó el "Gobierno Abierto" de la Corte como institución legitimar que por sus decisiones nadie controla al máximo tribunal: "La ´nueva´ Corte ha tomado debida nota de la distancia que existía entre la sociedad y los jueces y ha tratado de poner un ojo en la primera: estrategias comunicacionales, elección de temas socialmente relevantes, trasparencia decisional. En este sentido, el ´gobierno abierto` es una etapa más de esta relación directa que el Tribunal asume con la ´gente`, en la que ésta última legitima su actuar y así lo hace menos vulnerable a la intervención política. Por esa razón no es de extrañar que las cuestiones siempre sean planteadas en términos de ´independencia judicial` y nunca en términos de ´control`. Parece no importar si las decisiones de la CS son accountables, lo importante es que no haya otros actores que tengan injerencia en ellas. Por eso, la Corte recupera el gobierno y, para hacerlo, barre con los instrumentos diseñados para que el mismo sea controlado. Ergo, debe construir un sustituto".


THURY CORNEJO: ¿ANTIABORTO, ANTI LEY DE MEDIOS Y ANTI DEMOCRATIZACIÓN DE LA JUSTICIA?

El flamante funcionario a cargo del Desarrollo Institucional cortesano no se mostró muy de acuerdo con dos temáticas que la Corte de Lorenzetti avaló y con una tercera cuestión en la que coincidió con la decisión del viejo máximo tribunal, pero no con sus razones. 

En primer lugar, en 2012 la Corte Suprema resolvió por unanimidad que las mujeres violadas, con o sin problemas de salud, podrían practicarse abortos sin necesidad de autorización judicial previa ni temor a sufrir una posterior sanción penal, al igual que el médico que practicara la intervención. El famoso fallo F.A.L.

Thury Cornejo, en el artículo "Aborto: la Corte como legislador positivo", sostuvo que la CS "decide intervenir y pronunciarse en un caso que no requería necesariamente su intervención", con el objetivo de "construir así el marco que mejor le sienta para la decisión que quiere tomar: el de la mujer violada, su autonomía personal (art. 19) y los límites de la potestad punitiva del Estado".

"Resulta así particularmente irónica, ante los que creemos que la Constitución Nacional y el derecho argentino en general protegen un verdadero derecho a la vida desde la concepción, la afirmación del principio pro homine y su aplicación al campo de las relaciones individuo- Estado castigador, olvidando las características humanas del bien que se sacrifica en aras del ejercicio de la decisión individual de la madre", completó.

Otra cuestión que la Corte Lorenzetti resolvió fue la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, es decir la legislación del kirchnerismo para la radiodifusión. Tras los frenos del Grupo Clarín, la cosa llegó al máximo tribunal, que se decidió por su constitucionalidad.

Sin embargo, antes de ese final, Thury Cornejo le sugería a la Corte ir por la negativa en ese "desafío" y decirle que no al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Lo hacía de una manera prolijamente elíptica: "Darle la derecha al gobierno, u obligarlo a ser cuidadoso en la regulación de los derechos constitucionales, ese parece ser el segundo desafío al que se enfrentará la Corte. No parece ser uno menor ya que, en general, le ha escurrido el bulto a los enfrentamientos directos con el Congreso".

Para el funcionario judicial, este último era para la antigua Corte el "terreno que menos le gusta: con toda la presión del Gobierno, con una reforma judicial en curso y sin la posibilidad de manejar los tiempos". Agregó: "En suma, un terreno inédito y en el que no nos atrevemos a aventurar un resultado, pero sí creemos que marcará la identidad del Tribunal en los años por venir".  
La "identidad del Tribunal en los años por venir" sí quedó marcada, pero por otro fallo. Tal como opinaba el actual funcionario de Rosenkrantz, el máximo tribunal rechazó la modificación del Consejo de la Magistratura incluida en el paquete de proyectos que el kirchnerismo llamó "democratización de la justicia". 

Thury Cornejo cuestionaba todo el paquete mencionado, pero no obstante fue contundente respecto de la decisión de la CSJN: "Un cambio profundo se ha producido y creemos que ello obedece a que la Corte se ha visto acorralada y puesta a jugar un juego que no estaba acostumbrada. Habituada a liderar un Poder Judicial se ha visto llevada en andas por él y ha cantado un falta envido".

La otra delicada cuestión sobre la que en mayo de 2012 falló la Corte Lorenzetti y que al hoy pacificador de la guerra Rosenkrantz-Lorenzetti no le agradó fue el rechazo del máximo tribunal a revocar prisiones preventivas a imputados por delitos de lesa humanidad.

El máximo tribunal había resuelto declarar procedente el recurso extraordinario federal interpuesto por el Ministerio Público Fiscal y en consecuencia revocar la sentencia de sala II de la Cámara de Casación Penal, que consideraba inadecuada la prolongación de la prisión preventiva de Jorge Rádice y Jorge "Tigre" Acosta y disponía la libertad de los enjuiciados bajo caución personal suficiente para asegurar sus comparecencias en juicio.

Los supremos consideraron que la ley 24.390 en su redacción actual y a partir de las modificaciones de la ley 25.430 introduce excepciones para oponerse al otorgamiento de la libertad –una vez cumplido el plazo estipulado en el art. 1- que la vieja redacción contenía, restringiendo, para el caso, la aplicación del precedente de la CIDH “Bayarri vs. Argentina” del 30/10/2008, que tomó el mencionado plazo establecido en la ley 24.390, sin la modificación de la citada 25.430.

Thury Cornejo opinó, básicamente, que el "Tigre" Acosta -finalmente condenado a prisión perpetua en 2017- debió haber sido liberado en aquel entonces, y que el fallo de la Corte sólo buscaba sentar jurísprudencia a futuro a tono con mirada política respecto de DDHH de aquel momento y perdiendo de foco el caso concreto. "La Corte parece más interesada en fijar una doctrina que en resolver este caso", sentenció.

"Algunas cuestiones quedan claras y es bienvenido el correctivo que la CS le hace al dictamen de Righi. No sucede lo mismo respecto a la solución del caso concreto. Siendo completamente sincero, me sorprendió que con el desarrollo argumentativo que hizo la Corte haya revocado la decisión de Casación. Me parece que ella puede responder bien a los parámetros aquí fijados y, si no lo hace, hubiera sido tarea de la Corte el explicar por qué", completó.


¿QUÉ PASARÁ CON LA CORTE EN ESTE ESCENARIO DE GUERRA FRÍA?"

Los capítulos transcurridos hasta aquí en el culebrón cortesano fueron empaquetados como portadores de final feliz, pero también le demostraron a Rosenkrantz que no le será fácil sostenerse parado en un cargo tan codiciado y que fue ostentado durante largo tiempo por alguien que, ahora, tuvo que cederlo "en paz" quedándose relegado, a un lado. Lorenzetti, por su parte, está herido, no digiere su salida y quiere volver contra el Gobierno porque, no tan erradamente, cree que al menos una parte dela embestida que recibió tiene origen Ejecutivo.


  ¿Los otros supremos? Elena Highton de Nolasco también tiene una soga PRO al cuello, ya que Mauricio Macri fue quien le extendió su cargo en la Corte al permitirle seguir en funciones más allá del límite de los 75 años.

Juan Carlos Maqueda seguirá como siempre: con su libertad de plegarse a la conducción o disentir, en un juego de relaciones de poder que maneja a la perfección, y moviéndose con perfil bajo absoluto.

Quien queda con más "juego" en este esquema es Horacio Rosatti, que ya no es el del conflicto con Lorenzetti, aquella pelea que tenían cuando quien fuera ministro de Néstor Kirchner pretendía suceder al ahora extitular de la Corte, y que pudo jugar de pacificador ante la explosión de la interna entre el rafaelino y Rosenkrantz.

Lorenzetti tendrá que lidiar con que ese nicho que tanto protegía -la "institucionalidad" y la comunicación judicial como modo de construir legitimidad- esté en manos de un hombre del riñón de su adversario cortesano, ambos amarillos, e intentar que ese monopolio informativo no termine vulnerándolo. ¿Queda otra batalla? Tal vez, en tribunales se comenta que, al menos, quedan episodios vinculados al jugoso botín de las escuchas telefónicas