Si hay un acierto que pocos pueden negar en este primer año del Gobierno del Frente de Todos es la elección de Martín Guzmán como ministro de Economía. Si bien le recriminarán ciertos puntos como la política monetaria en cuánto a la cotización del dólar y la brecha entre el oficial y el blue, lo cierto es que desde que agarro esa manija que tenía el Banco Central la distancia se ha acortado y las especulaciones devaluatorias se han diluido.
El punto de auge de Martín Guzmán como ministro de Economía ocurrió a comienzos de agosto cuando tras largos meses de negociaciones logró un acuerdo con los tenedores de deuda privada y le permitió al país ahorrarse 37.700 millones de dólares en el período 2020-2030. Además, cabe resaltar que el proceso de reestructuración de los títulos externos se llevará a cabo pagando las comisiones más bajas de la historia por emisión de deuda.
La reestructuración permitirá reducir el interés que pagan los títulos externos a una tasa promedio de 3,07 %, cuando la deuda anterior pagaba cerca del 7% (en dólares estadounidenses).
A partir de este canje
Argentina enfrentará vencimientos de los títulos externos sólo por 4.500 millones de dólares en los próximos 5 años, en lugar de los 30.200 originales. Si consideramos el trato equitativo para el canje local, el alivio para los próximos 5 años totaliza los 42.500 millones de dólares.
Los últimos cuatro meses del año tuvieron a Guzmán como protagonista a la hora de manejar asuntos referidos a la política interna del país como las tasas, el valor del dólar y
otros puntos centrales requeridos por el Fondo Monetario Internacional con quien se viene negociando un nuevo acuerdo. Este ítem representa uno de los desafíos más importantes del ministro de cara al próximo año.