28.04.2021 / Escándalo

Correo: informe confirma maniobra irregular de los Macri con banco extranjero para salvar(se) a SOCMA de la quiebra

Política Argentina reveló en 2017 que la empresa del ex presidente tenía una importante deuda por acciones prendadas con el Meinl, banco austríaco con sede en un paraíso fiscal. Ahora una auditoría oficial blanqueó el por qué: a través de esa entidad y una sociedad, los Macri controlan el crédito de grandes acreedores privados en el concurso del Correo.




Las relaciones de la familia Macri, con Mauricio al frente de los negocios desde mucho antes de llegar a ser Presidente de la Nación, con negocios irregulares con vínculos entre la esfera nacional y la extranjera cada vez van sumando novedades y confirmaciones que elevan su caracter de escandalosas.

Es que hoy se confirmó algo que reveló en exclusiva Política Argentina en febrero de 2017, hace más de cuatro años y cuando Mauricio Macri sólo llevaba casi 14 meses de gestión: SOCMA, la empresa insignia de la familia del ex presidente, tiene una relación directa de deuda con el Meinl, un banco clave en las maniobras de corrupción del Lava Jato, y la razón estaría directamente vinculada a intentar salvar -y salvarse- al Correo Argentino de la quiebra.

Este medio mostró en 2017 que Sideco Americana SA, controlada casi en su totalidad por SOCMA, tenía 109.810.199 acciones prendadas por el Meinl Bank, la entidad financiera austríaca cuya sede en Antigua y Barbuda fue utilizada por la constructora Odebrecht para pagar más de USD1600 millones en coimas a 40 empresas off shore.

Eso, como explicó el mismo artículo, implicaba que la empresa insignia de los Macri le debe una importante suma de dinero a la entidad financiera desde la que se estructuró el multimillonario pago de coimas a empresas off shore, justamente el mismo tipo de sociedades anónimas en paraísos fiscales que las al menos 30 vinculadas a la familia del jefe de Estado argentino y los directivos de su holding empresarial. 

La relación entre SOCMA y el Meinl Bank fue confirmada en aquel momento por Política Argentina de los estados contables oficiales cerrados al 31 de diciembre de 2015 que la empresa había presentado ante la Comisión Nacional de Valores (CNV). De allí surgía que el banco austríaco tiene prendas en acciones de la compañía constructora, y por la cantidad de acciones prendadas se desprende, según el análisis de diversos especialistas en la materia a este portal, que se trataba de una cantidad de dinero muy elevada.

En aquel momento restaba dilucidar por qué Sideco le debía dinero al Meinl y si era en la sede en Austria o la de Antigua y Barbuda. No obstante, fuentes especializadas en finanzas internacionales ya le habían advertido a Política Argentina que la deuda podría haberse generado por un mecanismo de crédito llamado "back to back", o espalda con espalda.

Los créditos "back to back" son un tipo de operatoria a través de la cual un préstamo sostiene a otro. "El beneficiario solicita al banco pagador que le conceda un crédito con la garantía del primero, es decir, de la carta de crédito". Los avezados en este tipo de maniobras aseguran que se trata de una modalidad usada frecuentemente para girar dinero en negro, sobre todo en momentos de control cambiario. Todo parece confirmarse.

El Meinl Bank primero negó todo lo expuesto en la auditoría de PwC. Pero luego empezaron a desertar sus directores. La reacción fue empezar a implementar las recomendaciones del informe. Después cambió de nombre. Al final, ya en 2019, el Banco Central Europeo (BCE) le retiró su licencia para operar por desidia para controlar el blanqueo de capitales, entre otras acusaciones.


SALVAR A CORREO PARA SALVAR A SOCMA PARA SALVAR A MACRI

La Nación, en una nota publicada hoy, probó que, sin informar a la Justicia argentina -como exige la ley- donde sigue en trámite el concurso de quiebra, el nombre de Franco Macri recurrió a una sociedad en el principado de Liechtenstein y al Meinl para comprar los créditos de sus dos principales acreedores privados en el concurso del Correo Argentino.

¿Para qué? Para alcanzar, como buscó en 2007 e intenta hacer ahora, la mayoría necesaria para sellar un acuerdo general que salve a Correo y así a SOCMA (su controlante) de la quiebra, sin importar qué posición fijara el Estado nacional en ese expediente. Cabe recordar que, cuando fue Presidente, Macri intentó sellar un acuerdo gravoso para los argentinos en el que se auto perdonaba casi el 100% del pasivo de la firma. 

La información que reconstruyó LN fue sobre la base de documentos que obtuvo en alianza con Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP) y la revista austríaca Profil. El origen de esos datos fue una auditoría que las autoridades regulatorias austríacas encargaron a PriceWaterhouseCoopers (PwC) sobre el Meinl Bank cuando una cadena de irregularidades comenzó a sacudir al banco, justamente aquellas vinculadas al Lava Jato que citó Política Argentina en 2017.



Según lo que sale a luz ahora, la operatoria secreta y presuntamente ilegal incluyó el trabajo en tándem de SOCMA con el Meinl Bank y la toma del control -por parte de la firma de Franco Macri eventualmente a expensas de su familia- de Mervet Establishment Ltd, una sociedad constituida en Liechtenstein, desde 2005 por decenas de millones de dólares.

La auditoría que las autoridades regulatorias austríacas encargaron a PriceWaterhouseCoopers (PwC) sobre el Meinl Bank llamaron la atención sobre una de las veinte operaciones: la relación de la entidad con la empresa de los Macri, al punto de concluir en el escrito que podía tratarse de maniobras de lavado de activos o de un crédito conocido como “back to back”. Lo mismo que anticipó Política Argentina hace más de cuatro años.

El informe confidencial de PwC parece responder por qué un banco cuestionado e investigado como el austríaco compró los créditos millonarios del BID y la CFI (deuda de Correo) y así quedar sometido al devenir de un expediente judicial en la Argentina, "con sus acreencias pesificadas para después apoyar las sucesivas ofertas de pago del Grupo Socma".

Podría haber respuesta: lo que se conoce hoy indica que el Meinl Bank y la firma Mervet Establishment “formalizaron tres contratos” entre 2005 y 2007, que el banco se encargó “de todas las demandas en relación con Socma Americana” y que detrás de Mervet se encontraba Franco en representación de los Macri. “En el acta de clientes”, detalla la auditoría, “se encuentra la copia de un pasaporte italiano y uno argentino del señor Francisco Macri. Ambos documentos eran válidos a la fecha del inicio de la relación comercial, el 20.09.2005”.

El Grupo Socma, en respuesta a La Nación, lavó sus manos y la de Mauricio y familia, pero no tanto las de Franco: negaron cualquier conducta irregular propia o a través del Meinl Bank y desconocieron todo vínculo con Mervet Establishment LTD, la sociedad que apuntaló toda la operatoria bajo sospecha, pero se desligaron de la relación del fallecido padre del ex presidente con dicha sociedad. 

“No tenemos conocimiento de que Franco hubiera tenido participación en Mervet Establishment. No tenemos acceso a su declaración jurada como para informar si ha sido declarada. Tampoco sabemos, hasta donde es de nuestro conocimiento, si algún otro miembro de la familia Macri o ejecutivo del holding figuró en algún momento en la mencionada sociedad Mervet. La actividad empresarial de Franco Macri no se desarrolló exclusivamente a través de la estructura de Socma. Desde Socma se manejaron los negocios propios de la empresa, en tanto que los propios de Franco Macri y sus temas personales se manejaban fuera de la estructura de Socma”. Traducido: no fuimos nosotros ni Mauricio y sus familiares vinculados a SOCMA, pero Franco no sabemos.

El artículo 16 de la Ley de Concursos y Quiebras determina “actos prohibidos” para todo concursado. Le veda beneficiar a algunos acreedores en perjuicio de otros, en tanto que el artículo 180 del Código Penal castiga el “concordato, convenio o transacción judicial” sellado entre cualquier acreedor y el deudor, siempre que se hayan fijado “ventajas especiales” por ese acuerdo.

Paso a paso: los Macri se relacionaron con Mervet Establishment Ltd, luego esta sociedad firmó un acuerdo con el Meinl que estableció que el banco adquiría las demandas de varios acreedores del Correo Argentino “en calidad de fideicomiso para Mervet” y luego la entidad de origen austríaco firmó contratos "de cesión y asunción de responsabilidades” con la Corporación Financiera Internacional (CFI) (que tenía deuda del Correo por USD 57,9 millones) y repitió con el BID

Así, con el control de ambos créditos que representaban un total de USD 117,2 millones a través del Meinl (luego pesificados en poco más de $374 millones, representando el 38% de toda la deuda quirografaria del Correo Argentino), los Macri dicen haber alcanzado el 78% del capital computable en el concurso que tramita en la Argentina.

Traducido: compraron devaluada su propia deuda y usan al Meinl para intentar que el Grupo Socma apele al artículo 45 de la ley de Concursos y Quiebras, que dice que el deudor que pretende sellar un acuerdo debe alcanzar “la mayoría absoluta de los acreedores […] que representen las dos terceras partes del capital computable”. Sin el banco austríaco, el holding sólo contaría con el 48%.

Esa jugada comenzó a plasmarse el 20 de septiembre de 2006. Ese día, el Meinl Bank se presentó en el concurso del Correo y expresó su conformidad con que los plazos procesales se extendieran, aun cuando eso pudiera impactar en sus acreencias. Así,  los Macri hicieron una oferta en el expediente del concurso planteando una quita del 50% y, sobre el resto pendiente por cobrar, un 20% se pagaría con lo que Socma podría recibir del Estado si ganaba otros litigios vinculados a la disputa por el Correo. El 30% restante se pagarían en 15 cuotas anuales, con una tasa de interés del 5% -por debajo de la inflación-, y con un período de gracia inicial de cinco años.

Los acreedores privados aceptaron gracias al peso de los votos de Meinl Bank. La AFIP y el Banco Nación, entidades estatales que estaban entre acreedores, la rechazaron. La fiscal ante la Cámara Comercial, Gabriela Boquín, la misma que con Macri presidente descubrió el intento de autocondonación, dijo que lo que estaba ocurriendo era sospechoso.

“Si se tiene en cuenta el carácter irrisorio de la propuesta no cabe sino afirmar que el tercero que sustituyó al acreedor (Meinl Bank) ha votado en forma contraria a su interés como acreedor. Y en beneficio, claro está, de los accionistas de Correo Argentino (la familia Macri), que tuvo el camino allanado para avanzar con la modesta propuesta de pago que terminó aceptando el Estado”, escribió en su dictamen luego de que parte de los privados aprobaran la oferta. El Estado la rechazó, los Macri quisieron excluir al Estado pero fracasaron.

En los últimos días, se supo que SOCMA intentó una nueva propuesta de acuerdo, sin nada nuevo y con los mismos argumentos, y así intentar evitar la quiebra del Correo y luego la suya. Esa oferta todavía está en estudio de la Justicia, ya con el rechazo del Estado nacional y todos los organismos públicos acreedores. Su propuesta a todos los privados es nuevamente -que incluye las conformidades del Meinl Bank- pagarles en 10 cuotas anuales, más otra cuota que cubra los intereses que fije la Justicia.

La legislación argentina veda la compra de los créditos por sí mismo o por interpósita persona. El Código Penal, en su artículo 180, también castiga el “concordato, convenio o transacción judicial” de cualquier acreedor “en connivencia con el deudor”, siempre que se hayan fijado “ventajas especiales” por ese acuerdo. Para el Grupo Socma, no existió nada de eso. Los papeles muestran lo contrario.

A La Nación, desde SOCMA le negaron cualquier irregularidad o ilícito en su relación con el Meinl. “Socma no cedió jamás ninguna gestión de demandas ni reclamos ni nada", argumentó. Y hasta exigieron: “Por favor, les pido revisen la información que tienen porque es incorrecta”. Lo cierto es que el trabajo de investigación internacional menciona 15 veces a la empresa insignia macrista, 5 al apellido Macri y tres a Correo Argentino.

Por si esto fuera poco, los auditores que revisaron las relaciones entre el Meinl Bank y los Macri concluyeron que el banco, que como quedó claro por la firma de Franco -que de las revelaciones de Mariano Macri en el libro "Hermano" surgen dudas acerca de si las acciones de su padre en aquella época, en relación a Correo y el Meinl, eran de su propia voluntad o surgían de Mauricio- respondía a una sociedad controlada por la familia del ex presidente, debió enviarle un reporte de operación sospechosa (ROS) a la Oficina de Denuncia de Blanqueo de Capitales de Austria. “Esto debería haber sido advertido a las autoridades por posible lavado de dinero. Se sospecha que se ha violado el artículo 41 de la ley bancaria”, indicaron.