
El presidente Alberto Fernández apuntó este jueves contra el diario La Nación y habló sobre "la "decrepitud del periodismo argentino" tras la publicación de una nota que aseguraba que su patrimonio se "triplicó en un año".
“Nunca me canso de decir que soy, en esencia, un profesional de la clase media”, sostuvo a través de una carta en redes sociales, donde habló de su crianza, sus padres y su posición económica.
Al respecto, expresó: “Crecí, recibí educación pública, me gradué en abogacía, construí una familia, pude comprar una casa en la que maduró mi hijo mayor, me asocié en la compra de una oficina y pude disfrutar de tener siempre un auto estándar de fabricación nacional”.
“Con esos bienes accedí a la Presidencia de la Nación. Son exactamente los mismos bienes que hoy tengo. Nada se incrementó en mi patrimonio”, añadió y mencionó que las cifras son “solo el efecto de los revalúos dispuestos por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y por la Administración Federal de Impuestos que han determinado que esos valores crezcan tanto como las autoridades han ordenado”.
“Por el respeto que me genera la memoria de mi padre, he hecho de mi honestidad un valor supremo. Pongo todo mi empeño para que en mi gobierno la transparencia de la gestión no se empañe por la inconducta de un funcionario. Por eso duele semejante manipulación de la realidad”, manifestó.
A su vez, consideró “absurda” la mención al patrimonio de Cristina Kirchner porque, “en virtud de las inhibiciones de bienes”, “su capacidad de disposición patrimonial ha quedado acotada tan solo al manejo de sus ingresos previsionales”.
En esa línea, citó el Decálogo del Periodista de Tomás Eloy Martínez donde se menciona que todo periodista debe “evitar el riesgo de servir como vehículo de los intereses de grupos públicos o privados”. También mencionó a Reynaldo Sietecase con la frase “en el fragor de la pelea política dejó de ser relevante si lo que se comunica es cierto".
“Hasta el más distraído sabe que el diario “La Nación” hace caso omiso al séptimo mandamiento del decálogo de Tomás Eloy Martínez. A nadie escapa que sirve a intereses políticos y económicos perfectamente identificados”, expuso el Presidente.
Por último, planteó: “Periodismo Gillette a juicio de Caparros. Manipulación de la verdad a mi juicio. Otra muestra de la decrepitud que exhibe altivo parte del periodismo argentino”.