Tras concluir los nueve días de luto por la muerte de Francisco, la Capilla Sixtina está preparada para recibir mañana miércoles el cónclave que deberá elegir al nuevo pontífice. Desde las 10 (hora local) los 133 cardenales electores —menores de 80 años— participarán de la misa Pro eligendo Pontifice y, a partir de las 16.30, ingresarán al recinto para la primera votación. La normativa prevé que el nombre del nuevo Papa sea anunciado antes del lunes 12 de mayo.
De los 135 purpurados habilitados, dos quedarán fuera por problemas de salud, aunque todos los restantes se encuentran ya hospedados en la Casa Santa Marta, desde donde se desplazarán a pie por un corredor protegido hasta la Sixtina. El encargado de proclamar el eventual “Habemus papam” será el cardenal protodiácono Dominique Mamberti, en cuanto la fumata blanca confirme que se alcanzó la mayoría de votos requerida.
En los días previos, los cardenales se reunieron en congregaciones generales para intercambiar visiones sobre los desafíos de la Iglesia. Este lunes se duplicaron las sesiones a fin de afinar consensos, mientras la Santa Sede extremó las medidas de confidencialidad: acceso restringido, cámaras apagadas y juramento de silencio para todo el personal ajeno al proceso.
La vigilancia también incluye el blindaje informático de la Capilla Sixtina y el bloqueo de dispositivos electrónicos que pudieran filtrar información. Tal como marca la tradición, tras cada ronda de votación se quemarán las papeletas junto a productos químicos que generen humo negro si no hay resultado o blanco cuando la Iglesia tenga nuevo líder.