A pocos días de alcanzado un frágil entendimiento con Irán, el gobierno de Israel decidió interrumpir nuevamente el ingreso de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza, en medio de una creciente crisis alimentaria. La medida fue anunciada tras denuncias del primer ministro Benjamín Netanyahu, quien acusó a Hamás de apropiarse de los suministros destinados a la población civil.
Como parte del último acuerdo entre las partes, la nación sionista acordó con la resistencia armada palestina el envío de ayuda a fines de mayo, la cual permanecía restringida. Sin embargo, generó controversia el hecho de que la distribución de la misma no quedara en manos de organismos internacionales reconocidos, como la ONU o la Cruz Roja, sino que se delegara una ONG respaldada únicamente por Israel y Estados Unidos.
El foco del conflicto está en el norte del enclave palestino, donde no se establecieron puntos fijos de distribución. Ante la desorganización, la población intenta interceptar los camiones en movimiento para conseguir alimentos, en condiciones de extrema vulnerabilidad expuestos a los ataques israelíes.
La situación se agravó esta semana. “Como resultado de los ataques de las fuerzas de ocupación israelíes contra grupos de ciudadanos que esperaban ayuda en el centro de la Franja de Gaza con balas y proyectiles de tanque", murieron 21 personas y otras 150 resultaron heridas, informó el portavoz de defensa civil, Mahmud Bassal, a la agencia AFP.
Los números de víctimas siguen en aumento. Ya son más de 400 los muertos y al menos 3.000 los heridos vinculados a episodios similares desde el inicio de las entregas humanitarias, según estimaciones preliminares. Ante este panorama, la Organización de las Naciones Unidas solicitó la apertura de una investigación y pidió que se habilite con urgencia el ingreso de mayor asistencia internacional a la región.
Mientras tanto, Netanyahu ordenó a las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) que presenten en un plazo de 48 horas un plan de acción que permita resolver la crisis humanitaria sin que los recursos caigan, según sostuvo, en manos de Hamás.