La Cámara de Diputados finalmente dio media sanción a la ley de financiamiento universitario y pasará al Senado. El grueso de los votos afirmativos lo aportaron Unión por la Patria, Democracia para Siempre, Encuentro Federal, Coalición Cívica, el Frente de Izquierda y la UCR.
La iniciativa fue aprobada por 158 votos a favor, 75 en contra y cinco abstenciones. Si bien obtuvo la mayoría del cuerpo, a la oposición le faltó un voto para lograr los dos tercios necesarios para evitar un nuevo veto presidencial.
El proyecto, impulsado por el radicalismo disidente de Democracia para Siempre en conjunto con los rectores nucleados en el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) propone actualizar por inflación automáticamente los gastos de funcionamiento de las casas de estudios, hospitales universitarios y partidas para investigación, ordena la convocatoria a paritarias -dentro de tres meses- para recomponer el salario docente y no docente y aumenta las becas, entre otros puntos.
En la previa de la sesión el oficialismo concentró sus esfuerzos en hacer caer el quórum y entabló conversaciones con casi todos los gobernadores para restar voluntades. Sin embargo, no logró dejar a la oposición en minoría.
Poco después del mediodía el tablero marcó 131 presentes (se necesitan 129) y en las filas libertarias se resignaron a una jornada larga con varios reveses legislativos. El quórum se consiguió con la presencia mayoritaria de Unión por la Patria, los radicales disidentes de Democracia para Siempre, el bloque de Miguel Pichetto, Encuentro Federal, la Coalición Cívica y el Frente de Izquierda.
La UCR aportó algunas sorpresas: bajaron al recinto los bonaerenses Karina Banfi y Fabio Quetglas, el porteño Martín Tetaz, la santacruceña Roxana Reyes, el mendocino Julio Cobos, la cordobesa Gabriela Brouwer de Koning y el tucumano Roberto Sánchez. También contribuyeron al quórum la libertaria disidente Lourdes Arrieta, el santafesino de Unidos Mario Barletta y el santacruceño Sergio Acevedo, cercano al gobernador Claudio Vidal.
No obstante, no pasó inadvertido que algunos gobernadores jugaron en tándem con el Gobierno con varias ausencias: el jujeño Carlos Sadir influyó sobre el jujeño Manuel Aguirre de Democracia para Siempre; Vidal jugó a dos puntas con el santacruceño Jorge “Loma” Ávila y el entrerriano Rogelio Frigerio hizo ausentar a Francisco Morchio de Encuentro Federal.
A pesar de que el día anterior el gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, había advertido que “la lealtad tiene que ver con la reciprocidad”, los diputados de Innovación Federal, que nuclea a los representantes de Salta, Misiones y Río Negro, no bajaron al recinto. Tampoco los tucumanos de Independencia, que siguen las órdenes de Osvaldo Jaldo.