Tras el duro revés que recibió el Gobierno la semana pasada, cuando la oposición le rechazó el veto a la ley que distribuye de manera automática los Aportes del Tesoro Nacional (ATN), la Cámara alta avanzará el próximo 2 de octubre en contra de los vetos de Javier Milei sobre dos leyes claves: la que declara la emergencia pediátrica y la que protege el presupuesto de las universidades públicas.
El rechazo al DNU 70/23, aquel que prometía una desburocratización del Estado, sigue fresco y alimenta la convicción de que en el Senado, los libertarios nunca tuvieron margen para sostener los decretos o vetos del Ejecutivo.
La estrategia de contención que buscó instalar Victoria Villarruel desde la vicepresidencia tuvo algunos éxitos, pero también grandes tropiezos. Durante 2024 logró, con negociaciones puntuales, frenar varias jugadas del kirchnerismo. Sin embargo, los problemas internos no tardaron en aparecer: la pérdida de dos secretarios administrativos en apenas un año y medio dejó en evidencia un desorden serio en la administración del cuerpo legislativo.
Mientras tanto, la Casa Rosada eligió el camino más confrontativo. Se plantó contra todos los sectores, sin diferenciar entre campaña electoral y gestión, algo que terminó costándole caro. En paralelo, la elección bonaerense abrió un nuevo frente: dentro y fuera del oficialismo surgieron reclamos por cambios urgentes y varios referentes políticos se animaron a exigir correcciones que parecían impensadas semanas atrás.
El mercado también mira de cerca estos movimientos. Desde diciembre insiste en que se necesita un Congreso abierto a una reforma profunda en materia fiscal, laboral y previsional. Pero lo que encuentra, en cambio, es un escenario de disputas constantes, en el que la oposición marca la cancha y el oficialismo parece resignado a perder terreno en cada votación.