El dólar mayorista perforó niveles de un mes y cerró en $1.328,5/1.337,5, tras operar entre un mínimo de $1.330 y un máximo de $1.370. La baja coincidió con ventas externas por 11,47 millones de toneladas (u$s4.181 millones), que ya cubren cerca del 60% del cupo habilitado por el decreto de retenciones “0” hasta fines de octubre. En paralelo, el BNA llegó a vender a $1.360 y los paralelos retrocedieron: MEP a $1.380, CCL a $1.401 y blue a $1.400.
La dinámica intradiaria alimentó versiones de compras “en bloque” del equipo económico cuando el spot cayó por debajo de $1.350. Operadores señalaron movimientos que habrían buscado sostener el piso y en la city circularon rumores de una adquisición oficial de u$s100 millones tras la foto Milei–Trump y el anuncio de Scott Bessent sobre la negociación del swap. El propio PPI describió un retroceso del 2,8% el martes y un rebote posterior compatible con intervenciones para frenar la caída del tipo de cambio.
El Gobierno también activó un recorte de 10 puntos de la tasa en la rueda simultánea de BYMA para restar atractivo a los pesos y recomponer demanda de billete. Con el combo de dólares del campo, menor tasa y expectativa por el respaldo de Washington, el mercado deshizo posiciones defensivas y habilitó una toma de riesgo que alivió, al menos por hoy, la presión sobre la banda superior de $1.477,3.
¿Duración de la euforia? Dependerá de que el “swap por u$s20.000 millones” salga del terreno de los anuncios y se conozcan condiciones concretas; de que el flujo del agro se sostenga más allá del incentivo transitorio de retenciones cero; y de que las compras del Tesoro no queden en meros parches intradiarios. Sin esos anclajes, la fiesta puede ser corta y el costo social del ajuste seguirá marcando el humor de una economía que ya venía frenada.