Lo que en la Casa Blanca de Donald Trump fue pensado como un gesto de respaldo a un aliado político en problemas, hoy se está transformando en un frente de conflicto doméstico. El paquete de 20 mil millones de dólares que el Tesoro estadounidense negocia para apuntalar al gobierno de Javier Milei genera resistencias en el Congreso, enojo en sectores productivos y críticas de la oposición demócrata.
Un salvataje con costos políticos
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, fue el encargado de darle forma a la operación a través del Fondo de Estabilización de Cambios, un mecanismo extraordinario que no se utiliza desde los años ’90, cuando Bill Clinton asistió a México durante la crisis del “tequila”. En este caso, la justificación es que un colapso argentino podría arrastrar a la región y afectar a los propios agricultores de Estados Unidos.
Pero la explicación no convence a todos. Los demócratas ya instalaron la idea de un “rescate extranjero con dinero de contribuyentes norteamericanos” y varios republicanos advierten que el acuerdo podría convertirse en un nuevo Vietnam político para Trump, un costo inesperado que erosione su capital político en plena campaña presidencial.
La bronca del campo
La reacción más dura provino de los productores agrícolas de Iowa, con el senador republicano Chuck Grassley a la cabeza. “¿Por qué Estados Unidos ayudaría a rescatar a Argentina mientras ellos le quitan el mayor mercado a los productores de soja estadounidenses?”, escribió en X.
La denuncia tiene sustento en los datos: apenas se conoció la negociación con Washington, Buenos Aires autorizó el envío de veinte barcos de soja a China, tras suspender impuestos a las exportaciones. El contraste entre el alivio que Milei reclama y la competencia directa con el agro norteamericano encendió las alarmas.
Dudas sobre Milei
El debate en Washington no sólo gira en torno al dinero, sino también a la figura del presidente argentino. Una fuente de la administración citada por Politico fue lapidaria: “Milei ya colapsó políticamente, su hermana es corrupta, su ministro de Finanzas es un insider trader, han despilfarrado 15 mil millones de dólares del FMI y otros 15 mil millones de reservas del banco central para sostener una moneda de mierda”.
Las dudas sobre la viabilidad del proyecto libertario conviven con la presión geopolítica: para los estrategas de Trump, sostener a Milei es una forma de limitar la expansión de China en América Latina, especialmente en sectores clave como el litio y la energía.
El dilema de la Casa Blanca
En apenas semanas, lo que fue pensado como un salvataje pragmático se convirtió en un dilema político. Si Trump avanza, enfrenta la furia del campo y de su propia bancada; si retrocede, queda debilitado ante un aliado que apostó todo a su relación con Washington.
El rescate a Milei, lejos de ser un trámite financiero, empieza a perfilarse como un dolor de cabeza en la política interna estadounidense y un test de cuánto está dispuesto Trump a arriesgar en el tablero internacional para sostener a un presidente extranjero en crisis.