El diputado José Liuis Espert, hoy principal referente de La Libertad Avanza en la provincia Buenos Aires y candidato a renovar su banca el 26 de octubre, resistió las presiones internas para bajarse. “El único que lo banca es Javier (Milei)”, admitió una fuente del oficialismo, mientras otra señaló: “Hoy está, mañana no sé. No depende de él ni de nadie más allá que de Javier. Karina ya le dijo que lo mejor es bajarlo, pero no pasó. El daño ya está hecho”. La bronca trepó en el PRO por la sucesión de escándalos y por el costo electoral que arrastra la alianza en territorio bonaerense.
Si Espert renuncia - aunque aseguran por el momento que no - , la boleta no se cae: corre la lista y quien está segunda pasa a encabezar. Allí asoma Karen Reichardt, actriz y actual conductora de “Amores Perros” por la TV Pública, sin experiencia política pero con sintonía pública con el mundo animal que rodea al Presidente. Diego Santilli, tercero en la nómina, quedaría como cara fuerte de campaña, mientras maquina su ambición por competir para la gobernación en 2027.
El caso hizo sonar la alarma amarilla por duplicado: por el desgaste ético y por la ingeniería electoral. En LLA recuerdan que Espert también quedó anotado como carta a gobernador y que su caída ordenaría el tablero hacia el macrismo. Dentro del PRO bonaerense apuntan a Cristian Ritondo por el acuerdo que hoy “trajo peores consecuencias de las imaginadas”, aunque un sector cree que el reacomodo puede servir como puntapié para recuperar iniciativa.
El antecedente de Fernando Niembro en 2015 vuelve como espejo. Aquel periodista renunció a su candidatura por las denuncias por contratos con el gobierno porteño y la lista corrió: Silvia Lospennato tomó el primer lugar. “Si nos denuncian, vamos con los papeles al juez y colaboramos. Han querido establecer que somos iguales que ellos y nosotros no somos iguales”, lo defendió entonces Mauricio Macri. Gabriela Michetti completó: “Creo que lo hizo desde la genuina intención de no dañar”. Hoy, en La Libertad Avanza, crece el pedido para que Espert haga lo mismo; mientras tanto, el rostro del economista se convierte en el emblema de un tropiezo que el oficialismo no consigue explicar.