El diputado José Luis Espert, referente económico del oficialismo libertario, formaliza la salida temporaria del recinto en medio de una causa que sacude la ya frágil credibilidad del espacio gobernante. La decisión llega después de que renuncia a su candidatura legislativa nacional y deja la presidencia de la estratégica Comisión de Presupuesto y Hacienda, un sillón clave para el ajuste que impulsa la Casa Rosada.
La licencia funciona como una válvula de escape político para La Libertad Avanza, que busca encapsular el escándalo y despejar la agenda parlamentaria de un diputado bajo la lupa judicial. El movimiento, sin embargo, profundiza la crisis interna: a días de las elecciones, el oficialismo pierde a su vocero tributario y financiero en Diputados y expone grietas en la cadena de mando.
En paralelo, la investigación sobre los presuntos aportes y conexiones con Machado avanza y mantiene en tensión al Congreso. La salida de Espert de la comisión de Presupuesto reordena la arquitectura del poder en la Cámara baja y obliga a recalcular las mayorías para dictámenes sensibles que impactan de lleno en el bolsillo de trabajadores y jubilados.
Con el reloj institucional corriendo, la licencia hasta el 8 de diciembre —un día antes de que expire su mandato— deja planteado un interrogante político y ético: el oficialismo que promete transparencia y “motosierra” convive con un expediente por narcotráfico que golpea en su corazón parlamentario. La sociedad, mientras tanto, espera respuestas y no maniobras para patear el costo de la verdad.