
Rodrigo Paz Pereira, flamante presidente electo de Bolivia, combina un apellido histórico con una vida marcada por el exilio y la política. Nació el 22 de septiembre de 1967 en Santiago de Compostela, España, durante uno de los períodos de exilio de su padre, Jaime Paz Zamora, presidente entre 1989 y 1993, y miembro fundador del Movimiento de Izquierda Revolucionaria.
La infancia de Paz estuvo marcada por la movilidad forzada: vivió en al menos diez países distintos y estuvo expuesto a amenazas constantes debido a la actividad política de su familia. Experiencias que, según él mismo reconoce, moldearon su sensibilidad social y su vínculo con los sectores marginados de Bolivia.
Formado como economista y licenciado en Relaciones Internacionales, realizó una maestría en Gestión Política en la American University, Estados Unidos. Su carrera pública comenzó en 2002 como congresista por Tarija, luego fue concejal y alcalde de esa ciudad entre 2010 y 2020, y actualmente se desempeña como senador nacional por Comunidad Ciudadana.
Paz Pereira llegó a la presidencia tras una campaña en la que se presentó como alternativa al tecnócrata Jorge Quiroga, promoviendo cercanía con la ciudadanía por encima de recursos económicos para publicidad o encuestas. Su propuesta apeló a una transición ordenada y moderada, captando votos de antiguos seguidores del Movimiento al Socialismo que buscaban un cambio sin rupturas bruscas.
Su historial, sin embargo, no está exento de cuestionamientos: existen denuncias sobre su patrimonio durante su paso como diputado y acusaciones de corrupción en su gestión como alcalde de Tarija. Aun así, el electorado boliviano le otorgó este domingo la victoria con el 54,55% de los votos, apostando por un liderazgo que conjuga linaje político, experiencia en gestión local y un perfil moderado para encabezar la transición del país.