El ministro de Relaciones Exteriores, Gerardo Werthein, le avisó al Presidente que presentaría la renuncia si Santiago Caputo ingresaba al gabinete, luego de que Milei confirmara en La Nación + que evaluaba darle “un cargo importante” como parte del recambio posterior a los comicios. Según fuentes citadas, el canciller aclaró que no tenía un problema personal con Caputo, sino “diferencias de proyecto”, un mensaje que encendió todas las alarmas del oficialismo.
El conflicto creció tras la accidentada reunión con Donald Trump en la Casa Blanca y la ofensiva de los operadores digitales alineados con Caputo. “Si tan solo tuviésemos un canciller que en vez de andar llamándolo a Luis Juez para pedirle ‘perdón’ por las boludeces que dijo un gordo boludo en tuiter, escuchara lo que viene diciendo Donald Trump respecto del tema, o mejor, escuchara el RESUMEN de lo que viene diciendo Donald Trump en La Misa, la cosa hubiese sido distinta”, dijo el Gordo Dan, en un dardo directo a Werthein y a la Cancillería.
El ministro respondió que no podía ocuparse de la opinión “de un tuitero” y publicó un mensaje elogiando al equipo de la embajada en Washington y al embajador Alec Oxenford, en una señal de respaldo a la diplomacia profesional frente al amateurismo tuitero. Mientras tanto, en los pasillos del poder se habló de la intención de Caputo de colonizar el Palacio San Martín —hoy sólo contaba con el secretario de Culto, Nahuel Sotelo— y de las negociaciones con el PRO que incluían el nombre de Federico Pinedo para Relaciones Exteriores, un movimiento que chocaba con las pretensiones del asesor, que además cruzó a Mauricio Macri en su cuenta de X.
El episodio dejó al Gobierno frente a su propia grieta: el canciller que garantizaba diálogo con el establishment y la comunidad internacional, por un lado, y la lógica de las redes y la rosca de laboratorio, por el otro. En el trasfondo, los libertarios procesaban el “desconcierto” que generó la feroz frase de Trump, mientras Milei navegaba una interna que ponía en riesgo una de las pocas áreas con peso específico de su gabinete.