En la recta final hacia los comicios, la administración porteña difundió el llamado a licitación para la séptima línea del subte. La traza prevista incluyó paradas en Brandsen, Constitución, Cochabamba, Chile, Congreso, Corrientes, Santa Fe/Pizzurno, Recoleta, Pueyrredón/Hospital Rivadavia, Parque Las Heras/Coronel Díaz, Plaza Italia/Ecoparque y Pacífico. De acuerdo con las estimaciones oficiales, la obra abarcaría 9,8 kilómetros, conectaría con las seis líneas existentes y permitiría combinar con el Roca en Constitución y el San Martín en Palermo, con el objetivo de descomprimir la Línea C.
El Ejecutivo local sostuvo que “ya se cuentan con varios interesados” en la licitación y que la nueva línea transportaría a más de 300 mil pasajeros diarios. También prometió una línea “moderna”, con señalamiento de última generación y coches 0 km con aire acondicionado y sistemas de seguridad avanzados.
“La construcción de la línea F es un gran salto de calidad en la transformación que estamos haciendo, como lo hicimos con el Metrobus y el Paseo del Bajo”, manifestó el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri.
Por su parte, el ministro de Movilidad e Infraestructura, Pablo Bereciartua, indicó que esta política pública “será probablemente el legado más importante que le podemos dejar a Buenos Aires en términos de obra pública y movilidad”, por lo que, según consideró, “vamos a tener una Ciudad más segura y conectada”.
Como parte del paquete de anuncios vinculados al subte, la administración de Macri informó la compra de 214 coches para renovar las líneas A, B y C, con una inversión de unos US$370 millones. Según el cronograma difundido, las obras de la Línea F iniciarían en 2026.