Tras el anuncio de Mauricio Macri, el ministro de HAcienda, Nicolás Dujovne, confirmó que Argentina pedirá dinero prestado ante el Fondo Monetario Internacional (FMI), con el fin de frenar la corrida bancaria. El funcionario no quiso dar datos, pero minutos después se empezó a conocer información.
Según publicó el diario Clarín, el Presidente se decidió a entablar las conversaciones con la titular del FMI, Christine Lagarde, en una reunión que mantuvo antes de esa cumbre. Fue sólo con una parte de ese equipo económico, para "evitar filtraciones".
En el mismo portal revelaron que
fuentes gubernamentales confirmaron que Argentina le pedirá al organismo internacional un piso de deuda de 30 mil millones de dólares.
Además,
la diputada nacional Elisa Carrió, lider de la Coalición Cívica y socia fundadora de Cambiemos, publió en sus redes sociales que la tasa de interés sería del 4%.
En consecuencia, la rápida defensa de Carrió en redes sociales implicó un espaldarazo doble: lejos de quejarse por no haber sido notificada, reafirmó su "total alineamiento" con el Presidente y, en un mensaje a eventuales voces díscolas, dijo que "hay que sostener".