20.03.2019 / Volver al mundo

Quién es "Rey León", el monarca absolutista, multimillonario y polígamo con que se reunió Macri

En el marco de una cumbre de la ONU celebrada en Buenos Aires, el Presidente mantuvo un encuentro con Mswati III, rey absolutista de Suazilandia, donde el 66% de los habitantes son pobres. Mirá quién es el monarca acusado de violaciones a DDHH, que hasta ahora tuvo 15 esposas elegidas cuando eran menores mediante un polémico proceso.



En el marco de uno de los pilares de gestión que Cambiemos presenta como "la reconstrucción de las relaciones con el mundo", esta semana en la Argentina se desarrolla la II Conferencia de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre la Cooperación Sur-Sur. Curiosamente, uno de los encuentros de Estado que Mauricio Macri organizó para exhibir las relaciones de la Argentina con el planeta es con Mswati III, el polémico monarca de Suazilandia al que llaman "Rey León", absolutista, multimillonario y polígamo.

Tal como informó Perfil y prensa presidencial, Macri se encontró en el Centro de Convenciones de Recoleta con quien es uno de los líderes africanos más controvertidos y criticados: el rey Mswati III de Suazilandia, nación a la que decidió cambiarle su nombre por eSwatini, es a sus 51 años el último monarca absolutista y polígamo de África y cuenta en su prontuario con ser condenado por entes internacionales por violaciones de derechos humanos en su país, por la pobreza extrema en la que vive la mayoría de sus súbditos y por el alarmante número de muertes por Sida.

A Mswati III se lo apoda “Ngwenyama”, lo que significa "Rey León". La ex Suazilandia está ubicada entre Sudáfrica y Mozambique y fue una colonia de Reino Unido hasta el mismo día en que él nació en 1968. Su padre, el legendario Sobhuza II, tuvo 300 mujeres, 200 hijos, 1.000 nietos y gobernó durante 60 años con mano de hierro. 

En eSwatini, donde gobierna el monarca que se reunió con Macri, no existen los partidos políticos, la Constitución ahoga con la fuerza militar a cualquier tipo de oposición, la TV es propiedad del rey, están prohibidos los diarios no afines al gobierno y está criminalizada la crítica a la monaquía. Los parlamentarios se limitan a protestar sobre cuestiones como el escaso tamaño de los preservativos llegados desde Asia.

"En un país donde el 66% de sus habitantes está debajo del umbral de pobreza, según UNICEF, el altísimo nivel de vida de Mswati III -dueño de decenas de autos de lujo y palacios de millones de dólares- es criticado en todo el mundo. Más allá de su horario de trabajo, el rey se dedica a escuchar música kwaito (una especie de rap sudafricano) y a pasar las noches en compañía de decenas de mujeres que le son enviadas por familias de todo el reino", se sostiene en el artículo de Perfil, donde agregan que son todas menores de 18 años vírgenes ofrecidas por sus padres con la esperanza de que la cercanía al rey las salve de la pobreza. 

Además de todo eso, para elegir a sus esposas, el "Rey León" practica una repudiable costumbre: se realiza un baile que dura varias horas y, sin importar qué suceda, las doncellas deben asegurarse de que nunca se dañen o se caigan las graciosas diademas que llevan sobre sus cabezas. Las no elegidas son repartidas entre el resto de los hombres presentes en la ceremonia, mientras que la elegida por el rey no puede negarse, y el siguiente paso es pasar a concubina del monarca hasta que quede embarazada, demostrando así que “sirve”, que es fértil. Sólo entonces se casa y pasa a ser una de las mujeres del rey.

Por el contrario, si no es fecundada, será repudiada y avergonzará para siempre a su familia. Hasta ahora Mswati III tuvo quince esposas, pero una se suicidó y otras escaparon del país para huir del régimen carcelario al que son sometidas. Aseguran que muchas de ellas no son vistas desde hace años.

El "Baile de la Caña", el ritual en que el rey elige esposas entre las menores vírgenes del país. (Foto: AP)
El "Baile de la Caña", el ritual en que el rey elige esposas entre las menores vírgenes del país. (Foto: AP)


Mswati III se muestra como un defensor de la castidad y defiende la continencia como la vía más eficaz para evitar la propagación del Sida, que trágicamente afecta a un tercio de la población adulta en su país. Alrededor de 20 mil personas mueren cada año en sWatini por enfermedades de transmisión sexual.

Para luchar contra este flagelo, decretó la prohibición de las relaciones sexuales con mujeres menores de 19 años, que debían usar una cinta distintiva para que los hombres se abstengan de acostarse con ella. La ley establecía, concretamente, que las mujeres no podrían “mantener relaciones sexuales, dar la mano a los hombres o usar pantalones”, para conservar la castidad de las más jóvenes y prevenir el sida. Y fijaba una multa de un buey para todos aquellos que trasgredieran la prohibición.