18.04.2019 / Economía

Respuesta del mercado a las medidas de Macri: récord de Riesgo País y caída de acciones argentinas en Wall Street

El "acuerdo de caballeros" que anunció el Presidente no sólo no pudo congelar precios sino que tampoco agradó al mundo: el indicador de JP Morgan ascendió a 854 puntos, máximo desde 2014 cuando la Corte de EEUU puso a Argentina en default selectivo en favor de los fondos buitre. Mientras en New York las acciones en general crecieron, las domésticas se desplomaron.



La deuda argentina se cayó después de la serie de anuncios oficiales, llamados por el Gobierno como "acuerdo de caballeros", que apuntaron a contener la creciente inflación y acotar la volatilidad del tipo de cambio a través de un intento de congelamiento de precios de los alimentos, con las ventas de USD 60 millones diarios a cuenta del Tesoro.

Como paliativo por la recesión de la economía y la suba imparable de precios, la administración de Mauricio Macri anunció también un congelamiento de tarifas por seis meses, que involucra un costo fiscal de unos $9.000 millones, líneas de créditos blandos para el consumo de sectores de menores ingresos financiados por la ANSeS -con tasas altísimas para los más pobres- y una expansión de los préstamos para vivienda (ProCreAr), .

Esa flexibilización en el objetivo de déficit primario "cero", defendido a ultranza por el ministro de Hacienda Nicolás Dujovne, no sólo no parece ser un alivio para las víctimas del ajuste de Cambiemos sino que tampoco le gustó a los mercados financieros, que demandan austeridad fiscal para que la Argentina cumpla sin sobresaltos con sus compromisos de una deuda pública que hoy alcanza el 90% del PBI y está concentrada en un 76% en emisiones en dólares.

El Riesgo País de JP Morgan es un indicador que mide la diferencia de tasa de los bonos de los EEUU con sus similares de países emergentes, pues el título norteamericano a 10 años es una referencia internacional. Para la Argentina alcanzó este jueves los 854 puntos básicos.

Frente a un Treasurie que rinde 2,56% anual, si la Argentina saliera ahora al mercado a colocar un bono en dólares a 10 años debería aceptar pagar una tasa de 11% anual en dólares, con esos 8,5 puntos porcentuales extra respecto del bono del Tesoro.

De esta forma, el RP superó los 840 puntos intradiarios que había alcanzado el pasado 27 de diciembre, cuando cerró la operatoria en 837 enteros. También dejó atrás el índice de riesgo crediticio de 844 puntos del 15 de octubre de 2014, cuando el gobierno de Cristina Kirchner afrontaba un default selectivo. Para encontrar una cifra mayor hay que retrotraerse al 17 de junio de 2014 (873 puntos básicos).

Aquel salto de hace casi cinco años obedeció al rechazo por parte de la Corte Suprema de los EEUU de la petición argentina de revisar el fallo del juez pro fondos buitreThomas Griesa, que impedía el pago de vencimientos de deuda reestructurada en el canje de 2005.

El 17 de junio de 2014, la Corte de Apelaciones norteamericana decidió levantar el "stay", medida que dejó en riesgo de embargo los depósitos que la Argentina realice en el Banco de Nueva York Mellon para pagar vencimientos de deuda regulares.

Por eso, lo grave de la situación de la Argentina de Macri -endeudada, empobrecida, en recesión y con medidas mal aplicadas y tardías para aliviar los bolsillos de los más pobres-, es que los mercados internacionales vuelven a ponderar a los bonos soberanos argentinos con un estatus similar al de aquella cesación de pagos.

Por otra parte, a pesar de que en la Argentina no hubo operatoria financiera este jueves por el feriado del Jueves Santo, en el exterior se negociaron acciones y bonos con una tendencia definida a la baja. El "castigo" para las valuaciones de activos domésticos no se correspondió a la tendencia general del mercado. El índice Dow Jones de Industriales avanzó 0,4%, hasta los 26.559 puntos, no muy lejos del máximo histórico de 26.486 enteros del 3 de octubre pasado.
Las acciones argentinas que se negocian en las bolsas de Nueva York a través de los certificados ADR (sigla en inglés de American Depositary Receipt) operaron con mayoría de pérdidas, con bajas en torno al 8% en dólares para los bancos, y entre 3 y 8 por ciento para las empresas ligadas al sector energético.