Tras varias idas y vueltas y versiones con diferentes nombres,
parece ser que finalmente Alberto Fernández ya tiene decidido quién representará a la Argentina ante el Vaticano: en las próximas horas el Presidente designaría allí a Luis Bellando, un diplomático de carrera ajeno a la vida política doméstica, en la embajada argentina ante el Estado que gobierna el Papa Francisco.
Según una publicación de Infobae, la decisión del mandatario argentino de no colocar allí a un "embajador político", como se acostumbra llamar a quienes son dirigentes políticos y no "diplomáticos de carrera", tiene que ver con la
intención de Fernández de mantener una relación directa con Jorge Bergoglio.
El decreto para designar a Bellando, tal como sostiene la misma publicación, ya estaría en la Secretaría Legal y Técnica que conduce
Vilma Ibarra, para que el Presidente lo firme en las próximas horas.
En el Gobierno evalúan que poner a un funcionario relacionado con la política doméstica “hará ruido” en la relación de la Iglesia con el Presidente. Por ello, apuestan a un embajador de carrera como Bellando, que se encargará de las cuestiones protocolares y administrativas de las relaciones bilaterales entre la Santa Sede y la Argentina, dejando la cancha libre para los temas más políticos, que podrían dialogarse de manera directa y sin intermediarios por Alberto y Francisco.
Cabe recordar que, a pesar de que sonaban diversos nombres posibles de "embajadores políticos" para ocupar la representación argentina en Roma, versiones periodísticas apuntaban que la idea de un diplomático de carrera era también la expectativa que tenía el Sumo Pontífice.
Infobae atribuyó la decisión de la gestión del Frente de Todos de poner a Bellando en el Vaticano al secretario de Asuntos Estratégicos,
Gustavo Béliz, quien tiene llegada a la Iglesia y es uno de los hombres del Gobierno más consultados por la Santa Sede.
Bellando tiene una nutrida carrera como diplomático, alejada de los destinos más buscados por esa estirpe de funcionarios:
estuvo en Angola como embajador, fue encargado de negocios en Cuba y anteriormente fue cónsul en Río de Janeiro, Brasil.
Bellando durante su última tarea diplomática
“Nunca fui de frecuentar la ruta Revlon, lo mío es más sacrificado”, suele repetir el futuro representante argentino ante el Papa, según el mismo artículo, cuando refiere a sus amigos que los destinos más buscados por la Cancillería como son París, Nueva York o Madrid. De hecho, en su carrera diplomática Bellando nunca trabajó en esos países.
Su último destino fue Angola durante la gestión de
Mauricio Macri. Hijo del fallecido periodista Ovidio Bellando, el designado embajador en la Santa Sede tendrá como principal objetivo coordinar una eventual visita del presidente Alberto Fernández a Roma. La idea por ahora está muy verde, aunque en la Casa Rosada ya evalúan que si en marzo el Presidente viaja a Francia para visitar al presidente Emmanuel Macron, también podría aprovecha el viaje para un abrazo con Francisco.
