15.04.2021 / Judiciales

Borinsky volvió a rechazar auto-apartarse de la causa espionaje ilegal pese a sus reiteradas visitas a Macri

Casación desestimó otro pedido para apartar al magistrado y anular resoluciones en la que se investiga la vigilancia ilegal desde la AFI durante el gobierno de Juntos por el Cambio. El rechazo se logró gracias al voto del propio Borinsky, quien considera que debe seguir pese a haber sido habitué de Olivos hasta diciembre 2019.




En una decisión que innegablemente resulta escandalosa, la Cámara La Cámara Federal de Casación Penal rechazó hoy otro pedido para apartar al juez Mariano Borinsky y anular las resoluciones que firmó en la causa en la que se investigan supuestas maniobras de espionaje ilegal, pero logró la negativa gracias al propio magistrado que fue habitué de la quinta de Olivos durante el gobierno de Mauricio Macri, principal apuntado en los expediente de inteligencia no autorizada.

Es que el rechazo se concretó con el voto del Borinsky, recusado luego de que el Colegio Público de Abogados de la Capital Federal, a través del abogado querellante Mario Filozof, reclamara las anulaciones y el apartamiento del juez en la causa en la que se investigan supuestas maniobras de vigilancia ilegal desplegadas desde la AFI durante el gobierno de Cambiemos.

El pedido de salida de Borinsky de intervenir en el expediente tiene que ver con que se hizo público que el juez visitó al expresidente Macri en la Quinta de Olivos al menos 15 veces cuando todavía estaba al frente del Gobierno nacional.

“El requerimiento de desplazamiento de uno de los jueces de una causa no puede, válida y legítimamente, sustentarse en la clase de hipótesis especulativas planteadas, sin mengua de la garantía del juez natural inmanente al debido proceso legal”, sostuvo Borinsky en su voto de rechazo a su propia recusación. 

Traducido al lenguaje no jurídico: Borinsky argumenta que no se puede sacar a Borinsky de intervenir en un expediente en el cual se juzga presuntas acciones de inteligencia ilegal desde el Estado que conducía Macri pese a que Borinsky visitó frecuentemente a Macri en su domicilio oficial.

La decisión fue tomada de forma “in límine” (“desde el umbral”, sin dar tratamiento) por una mayoría compuesta por el juez Javier Carbajo y el propio Borinsky, mientras que la tercera jueza de la sala cuarta del máximo tribunal penal votó en disidencia y sostuvo que debía darse al planteo el debido trámite, según reveló la agencia Télam.

Es la segunda vez que, con un rechazo “rechazo in límine”, el magistrado cuestionado confirma su voluntad de quedarse al frente del expediente: días atrás había sido rechazado un planteo formulado los abogados Rafael Resnick Brenner (condenado en la Causa Ciccone) y Jorge Chueco (condenado en el Caso Báez) en su calidad de querellantes de la causa en la que se investigan maniobras de espionaje ilegal, incluso dentro del Penal de Ezeiza.

En ambos planteos se había reclamado también la nulidad de las resoluciones en las que la misma sala, con el voto de Borinsky, sostuvo que corresponde que el expediente pase de Lomas de Zamora a los tribunales federales de Comodoro Py 2002 porque en la Capital Federal se encuentra, entre otros, la base central de la AFI desde la cual se habrían dado las órdenes para el espionaje.

La jueza Ledesma se despegó de sus colegas y sostuvo que por “la entidad y trascendencia del planteo formulado -en tanto se esgrime la violación de garantías que hacen al debido proceso- requiere como estándar mínimo cumplir con el procedimiento legalmente previsto”.

La magistrada remarcó que deberían, además, darse “intervención a todas las partes, de modo de garantizar el derecho de defensa y la contradicción; con el fin de impartir un trámite igualitario en todas las incidencias de este caso y evitar, en definitiva, mayor litigiosidad y la posible afectación de derechos”.

El tratamiento previsto el Código de Procedimientos indica que, siempre que el planteo no sea a todas luces infundado, el juez recusado deberá producir un informe en el que explique por qué cree que le corresponde seguir o no vinculado al trámite del expediente, para que luego sean sus colegas los que definan. Esto no ocurrió gracias al voto del propio Borinsky y la complicidad de Carbajo.