
Desde las 11 y mientras vuelve a realizar una conferencia de prensa el vocero presidencial, Manuel Adorni, después de casi un mes, el Gobierno reúne a su "mesa chica" en la previa de la movilización a Plaza de Mayo en respaldo a Cristina Kirchner y contra su proscripción tras la confirmación de su condena a seis años de prisión domiciliaria por parte de la Corte Suprema.
El encuentro no contará con la principal "pata" del "triángulo de hierro", ya que no es de la partida el presidente Javier Milei, pero en su lugar a la cabeza está su hermana, la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei. Participan también el jefe de gabinete, Guillermo Francos; el asesor integrante del mencionado triángulo, Santiago Caputo; el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem; el subsecretario de Gestión Institucional, Eduaro “Lule” Menem, y el vicejefe de gabinete del Interior, Lisandro Catalán.
El encuentro se presenta como parte de de las reuniones de cúpula que reactivó el Ejecutivo hace unos meses para dirimir la toma de decisiones políticas. No obstante, no sucede en los mismos días que se acostumbró a observar estos encuentros y, en cambio, coincide con la multitudinaria marcha que se espera en Plaza de Mayo para este miércoles a las 14, que tendrá ribetes claramente opositores.
De hecho, antes de que se confirmara que el TOF otorgaría este martes la prisión domicialiaria a la ex presidenta, trascendió en medios cercanos al Gobierno que justamente desde el Poder Ejecutivo habían instado a la Justicia a dar ese derecho a CFK, más por temor a las consecuencias de un eventual rechazo y la movilización que estaba planificada desde su domicilio hasta Comodoro Py que por convicción, claro está.
Por eso, una vez confirmada la domiciliaria con llamativas e inéditas restricciones y anunciado el cambio en la modalidad de la protesta de este miércoles, el Ministerio de Seguridad -que preside Patricia Bullrich- reforzó las unidades de protección de las fuerzas federales sobre la Casa Rosada. Estableció un vallado en el medio de la Plaza de Mayo, donde el peronismo preparó un escenario y la estructura de parlantes para la convocatoria de las 14.
El Ejecutivo desplegó más de 2000 efectivos sobre la Ciudad de Buenos Aires y en sus inmediaciones, que coordina el comando unificado de Prefectura, Policía Federal, Gendarmería y Policía Aeroportuaria. Aplicaron también controles en los accesos para revisar a los pasajeros de colectivos y trenes que ingresen desde el territorio bonaerense, con la colaboración de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT).
El Gobierno le pidió asistencia a las policías de la Ciudad y de la provincia de Buenos Aires para sumar agentes a la contención de la movilización. Hubo una reunión este martes con funcionarios porteños para organizar los detalles del cuidado de los edificios y lugares de interés público.
La supuesta bajada de línea del Ejecutivo, que el propio Ejecutivo se encargó de acercar a medios, es que los agentes de seguridad eviten el choque y las tensiones con los manifestantes. Los cercanos del presidente sostienen que apuntan a eludir una situación similar a la del fotógrafo Pablo Grillo, que sufrió una fractura de cráneo por el impacto de un cartucho de gas lacrimógeno hace meses en una marcha hacia el Congreso.