HLB Pharma Group S.A. quedó nuevamente bajo la lupa de la Justicia, luego de trascender que, meses atrás, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) dispuso el retiro del mercado de distintos lotes de dopamina y propofol al comprobar que no contaban con la etiqueta de trazabilidad obligatoria. La medida encendió sospechas sobre la posible falsificación de los productos y derivó en la prohibición de su uso, distribución y comercialización en todo el país.
La primera medida de resguardo se adoptó en febrero, cuando la ANMAT ordenó el retiro del Propofol HLB inyectable de 10 miligramos correspondiente al lote 31106. En abril, la disposición se amplió a nuevas presentaciones del mismo fármaco, en ampollas de 20 ml y 5 ml, con números de lote 60000, 60001 y 60002.
Poco después, el organismo dispuso también la prohibición de dos lotes de Dopamina HLB de 40 y 100 miligramos (31214 y 31215). En todos los casos se fundamentó que los productos carecían de la etiqueta de trazabilidad y que no estaban inscriptos en el Registro de Especialidades Medicinales (REM).
Mientras la dopamina es clave para pacientes críticos porque regula funciones motrices y cardiovasculares, quedó bajo sospecha al no poder certificarse su legitimidad; el Propofol se conoce por ser un sedante de uso frecuente para inducir a la anestesia, como también para cuidados intensivos, que representa un riesgo mayor si se encuentra fuera de control oficial por tratarse de un medicamento de acción rápida. Ambos fueron retirados, según la ANMAT, “a fin de proteger a eventuales adquirentes y usuarios del medicamento involucrado, y toda vez que el uso de un producto sin autorización representa riesgo para la salud de la población”.
Desde el Instituto Nacional de Medicamentos (INAME) se informó que el incidente fue categorizado como de nivel “crítico” y con prioridad de tratamiento “alta”. En un comunicado se advirtió que “la falta de la etiqueta de trazabilidad impide reconstruir la cadena de distribución de cada unidad de producto terminado individualmente, y consecuentemente la legitimidad del producto que se encuentra en el mercado”.
En sintonía, los investigadores analizan si la ausencia de los códigos podría estar vinculada a un posible desvío de ampollas hacia el mercado negro, lo que reforzaría las sospechas sobre maniobras irregulares por parte del laboratorio.