Los Menem vuelven a estar en el centro de la polémica, esta vez ligados al gobierno de Javier Milei. Tras años de bajo perfil, los herederos del expresidente Carlos Saúl reaparecieron ocupando espacios clave en el Congreso, la Casa Rosada y La Rioja. Pero su regreso no está exento de denuncias: desde licitaciones millonarias hasta acusaciones por coimas, el apellido Menem vuelve a sonar en el entramado del poder argentino.
Uno de los escándalos más recientes involucra a Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados, por la preadjudicación de una licitación del Banco Nación a Tech Security, la empresa que co-fundó hace casi 20 años. El contrato, por más de 3.900 millones de pesos, se suma a los negocios previos de otra firma vinculada al clan, GPS Group, que ya había facturado más de 3.000 millones desde diciembre de 2023. Aunque Martín se desvinculó formalmente de la compañía al asumir como legislador, la operación encendió cuestionamientos sobre sus nexos empresariales y políticos.
Su acercamiento a Javier y Karina Milei comenzó en 2017, tras escucharlo en televisión y sentirse identificado con su tono irascible y sus ideas económicas. Dos años después, facilitó el encuentro del libertario con su tío Carlos Menem, donde compartieron varias horas de conversación sobre política y anécdotas familiares, consolidando así un vínculo que terminaría marcando su futuro político.
En paralelo, Eduardo “Lule” Menem, actual subsecretario de Gestión Institucional, quedó en el centro de la investigación por las presuntas coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis). Según los audios que motivaron una denuncia judicial, quedó expuesto como uno de los principales colaboradores de Karina Milei, quien se habría apropiado de un 3% del dinero.
La causa avanza en el juzgado de Sebastián Casanello, con allanamientos y secreto de sumario, por lo que se destaca como uno de los casos que mayor magnitud tomó hasta el momento por involucrar, además, a la hermana del Presidente y a este mismo como conocedor de los hechos. Ambos dirigentes, Martín y Lule, fueron los únicos en salir públicamente a defender a los Milei, pese a que el par de hermanos mantiene el silencio.
Por su parte, Lule, con experiencia previa como secretario privado de su tío Eduardo, comenzó la relación con los libertarios incluso antes de la muerte de Carlos Menem, cuando ya había ganado la confianza de Javier y Karina, aprovechando la devoción que estos tenían por el menemismo histórico y proyectando su influencia hacia el Congreso y la Casa Rosada.
Martín, abogado y empresario, se sostiene en su padre Eduardo como consejero y en una red íntima: su prima Amalia como secretaria y su sobrino Sharif, de 23 años, como director en la Cámara Baja. Lule, en cambio, juega su histórico rol de operador en las sombras, guiando a su primo, desactivando conflictos y siendo "los ojos" de Karina Milei en el Congreso.
Los vínculos con el expresidente Carlos Saúl siguen presentes en el discurso de sus herederos. Martín reivindica la etapa de privatizaciones y convertibilidad de los noventa, mientras Lule, que fue asesor de Eduardo y del propio Carlos, apuesta a consolidar una estructura partidaria para Milei y su primo en La Rioja.
El clan, sin embargo, no es homogéneo. En La Rioja, otros Menem ocupan puestos bajo el mando del gobernador Ricardo Quintela y marcan distancia de Milei. Alfredo Menem es ministro de Desarrollo Social, su hermano Yamil dirige la Agencia de Espacios Públicos y Jorge Menem preside el Tribunal de Cuentas. Amado, por su parte, conduce el PAMI local. A pesar de la distancia ideológica en algunos casos, el peso político del apellido permanece vigente, varios años después de la muerte del expresidente.