En los tribunales federales señalaron a LPO que el caso no admite cambios: “Es una etapa precluida”. Con esa definición, la Junta Electoral blinda las papeletas ya aprobadas y en distribución hacia la provincia, y solo admite reemplazos por errores en los talonarios. Para el lunes próximo, la Justicia prevé tener la totalidad de los padrones impresos en su poder.
De acuerdo a dicho medio, el costo político y económico de una reimpresión impacta de lleno en La Libertad Avanza. Rehacer las boletas demanda $14 mil millones, un gasto imposible de explicar en medio del ajuste que el propio oficialismo promueve. La paradoja expone a quienes impulsaron la boleta única junto al PRO: a diferencia de 2015, cuando Juntos por el Cambio retiró a Fernando Niembro tras las PASO porque los partidos imprimían sus listas, hoy el Estado centraliza la impresión y distribución.
La candidatura de Espert entra en zona terminal. Cada desmentida sobre su relación con Machado recibe respuestas desde expedientes y publicaciones periodísticas, y el video que grabó para defenderse no convence ni a los propios. Aun así, Javier Milei decide respaldarlo y apuesta fuerte en la elección bonaerense, aun con el desgaste que provoca la foto del candidato pegada a un escándalo narco.
El problema operativo ya está resuelto por la Justicia: aunque Espert se baje, la boleta no cambia. El problema político, en cambio, crece. Con el proceso cerrado y el calendario corriendo, el oficialismo queda atrapado entre el costo millonario de una marcha atrás imposible y el costo reputacional de sostener la cara equivocada en el cuarto oscuro.