“Argentina enfrenta un momento de aguda iliquidez. La comunidad internacional –incluido el FMI– está unida detrás de Argentina y su prudente estrategia fiscal, pero solo Estados Unidos puede actuar rápidamente. Y actuaremos”, afirmó Bessent, que detalló la “compra directa de pesos argentinos” como una intervención inusual para apuntalar la moneda local y el mercado cambiario. En paralelo, confirmó el “marco de swap de US$20.000 millones” con el BCRA para proveer divisas en un contexto de fragilidad financiera.
Bessent aseguró que el Tesoro está “preparado, inmediatamente, para tomar cualquier medida excepcional que se justifique para proporcionar estabilidad a los mercados” y ponderó las “audaces reformas económicas” del gobierno de Javier Milei junto con su “prudente estrategia fiscal”. El funcionario estadounidense subrayó que el éxito argentino es de “importancia sistémica” y un “interés estratégico” para Washington, mientras empresarios norteamericanos, dijo, están “ansiosos por unir más estrechamente las economías estadounidense y argentina”.
El respaldo vino atado a la política: “La administración Trump es decidida en nuestro apoyo a los aliados de Estados Unidos”, dijo Bessent, quien se mostró “alentado” por un “amplio consenso político en Argentina para la segunda mitad del mandato del presidente Milei”. En esa línea, celebró el programa oficial de “reducción de impuestos, aumento de la inversión y creación de empleo en el sector privado” y deslizó su ideario: “Mientras Argentina levante el peso muerto del estado y deje de gastar en inflación, grandes cosas son posibles”.
El anuncio incluyó agenda: Bessent confirmó un encuentro entre Donald Trump y Javier Milei el 14 de octubre y adelantó nuevas reuniones con Caputo durante las asambleas del FMI. En la Casa Rosada celebraron el salvavidas: Milei volvió a exaltar al ministro de Economía y lo reivindicó como el ejecutor del operativo de contención, en un tablero donde Washington se erige como prestamista y árbitro de última instancia.