En la Casa Rosada se respira clima de reacomodamiento. Javier Milei prepara una amplia reestructuración del gabinete para después de las elecciones, con la mira puesta en recomponer la autoridad económica y política de su gobierno. El principal nombre en danza es el de Santiago Caputo, que asumiría la Jefatura de Gabinete, desplazando a Guillermo Francos, quien pasaría a Cancillería. Sin embargo, como ocurre en cada movimiento clave, la decisión final queda en manos de Karina Milei.
De acuerdo a LPO, el cambio más relevante sería la salida de Luis “Toto” Caputo del Ministerio de Economía. En el oficialismo reconocen que su credibilidad se agotó luego de la escalada del dólar y el fracaso del salvataje financiero gestionado con Donald Trump. En su lugar, Federico Sturzenegger ya diseña un plan económico con eje en la desregulación y la eliminación del sistema de bandas cambiarias para pasar a una flotación libre. Su buena relación con el FMI y con Kristalina Georgieva refuerza su candidatura.
Otro movimiento fuerte sería el de Diego Santilli, que podría desembarcar en el Ministerio del Interior en reemplazo de Lisandro Catalán, cuestionado por no lograr reconstruir la relación con los gobernadores aliados. En paralelo, Cristian Ritondo aparece como reemplazo de Nicolás Menem en el Congreso, aunque su lugar en la grilla dependerá del aval de la hermana del Presidente.
Guillermo Francos, hombre de Eduardo Eurnekian, sería “contenidо” con la Cancillería, tras las versiones de desgaste interno. Mientras tanto, el Gobierno sigue sin definir quién se hará cargo de Defensa, Justicia y Seguridad, áreas donde nadie parece querer asumir el costo político. Entre presiones del FMI, fricciones internas y la sombra de Karina como guardiana del proyecto, Milei busca relanzar un gabinete que, antes de renovarse, ya muestra síntomas de agotamiento.