El PRO enfrenta nuevas pérdidas en el Congreso y en la Legislatura bonaerense con la salida de dos legisladoras, un hecho que, a pesar de los esfuerzos de la conducción concentrados en preservar “autonomía e identidad”, sobretodo por impulso de la diputada María Eugenia Vidal, volvió a exponer una dinámica interna marcada por quiebres, reacomodamientos y disputas de liderazgo que se arrastran desde la fallida negociación de un interbloque con La Libertad Avanza.
A nivel nacional, la presidenta del partido en Santa Fe, Gisela Scaglia, quien decidió incorporarse a Provincias Unidas y reavivó la pulseada con la conducción de Cristian Ritondo. La maniobra se suma a la salida previa de legisladores alineados con Patricia Bullrich y que aceleró las presiones internas para que Macri ordene el esquema partidario.
La cúpula del PRO intentó frenar la ruptura con un pedido de renuncia elevado directamente por Mauricio Macri a Scaglia, lo que evitaría una intervención formal en Santa Fe, aunque en caso de resistencia el Tribunal de Disciplina podría expulsarla por inconducta partidaria, un paso que demostraría la profundidad del conflicto y el deterioro de la estructura interna.
En paralelo, sectores cercanos a Scaglia cuestionaron abiertamente a Ritondo por la pérdida de una docena de diputados y por una estrategia que, aseguran, empujó a dirigentes hacia La Libertad Avanza o Provincias Unidas. "Hubo un éxodo muy grande”, admitieron.
Mientras tanto, en el Senado bonaerense el bloque amarillo perdió a Emilia Subiza y Marcelo “Chuby” Leguizamón, que conformaron el nuevo espacio Hechos de la mano del armado de los hermanos Santiago y Manuel Passaglia, una jugada que busca proyectarse hacia una fuerza provincial más amplia y que tiene base en la alineación del PRO con el gobierno libertario, motorizada por las figuras de la conducción.