Miles de usuarios volvieron a quedar sin suministro eléctrico en el área de concesión de Edesur, en una jornada que reavivó las críticas por el estado del servicio y la falta de inversiones. Los datos oficiales mostraron una brecha significativa entre las dos principales distribuidoras del AMBA y dejaron expuesta la fragilidad del sistema en pleno cierre de año.
Según la información actualizada por el Gobierno nacional, Edesur registró 33.633 usuarios sin suministro eléctrico durante la tarde, sobre un total de más de 2,6 millones de clientes. La cifra contrastó con la situación de Edenor, que informó apenas 4.688 usuarios sin luz, con más de 3,3 millones de hogares con servicio normal.
El nuevo episodio volvió a poner a Edesur bajo la lupa, una empresa que arrastra un largo historial de cortes reiterados, reclamos vecinales y sanciones regulatorias. A pesar de los aumentos tarifarios acumulados y del discurso oficial que promueve la liberalización del sector, los problemas estructurales del servicio persistieron y afectaron especialmente a los barrios del sur del conurbano y de la Ciudad de Buenos Aires.
Desde distintos sectores se cuestionó la falta de control estatal y la ausencia de un plan de inversiones sostenido que permita garantizar un servicio acorde a las tarifas que pagan los usuarios. La comparación con Edenor volvió a instalar el debate sobre la desigualdad en la calidad del suministro y el rol del Estado frente a empresas que incumplen de manera sistemática.