La decisión de hacer una alianza con el PRO a nivel nacional no fue bien recibida por toda la estructura del radicalismo. En la Ciudad, la situación fue extraña incluso para el otro integrante de la alianza Cambiemos, la Coalición Cívica, un férreo opositor al macrismo desde hace muchos años.
Luego de la gran elección realizada por el frente ECO en los comicios porteños, propulsado en especial por la UCR porteña con Martín Lousteau como figura principal, la discusión se centró en la necesidad de hacer campaña para el partido que habían enfrentado en la capital, es decir, el PRO.
Muchos integrantes de la CC terminaron aceptando a regañadientes la estrategia nacional de su partido, y se calzaron el gorrito amarillo para pedir por Macri presidente. Sin embargo, el radicalismo porteño le hizo el vacío a la campaña. No dispuso de estructura ni militancia para impulsar al frente Cambiemos en la Ciudad.
La UCR decidió no intervenir luego de que el PRO le negara al frente ECO, que pasará a ser la segunda fuerza en la Legislatura en diciembre, formar parte de las negociaciones por los cargos a definir en la Auditoría y el Consejo de la Magistratura. El todopoderoso presidente del radicalismo porteño, Emiliano Yacobitti, cortó en seco las conversaciones con el PRO cuando supo que ni siquiera se abriría un canal de conversaciones. “Que le pidan ayuda para la campaña al FpV”, dijo.
Algunos se animan a asegurar que, de paso, “Yaco” logró meter una pata en un posible gobierno de Daniel Scioli. Es que el candidato del kirchnerismo ya decidió que Alberto Barbieri, el actual rector de la UBA, sería su futuro ministro de Educación. Barbieri fue quien designó al propio Yacobitti al frente de la administración de los recursos universitarios. "Ellos se pelean y Yaco arregla con nosotros", dijo, irónico, un diputado del FpV.
En paralelo, el clima en el frente Cambiemos de la Ciudad, donde hoy se anotan sólo la CC y el PRO, no es el mejor. “Sólo tenés que comparar la campaña que se hizo en las PASO entre Michetti y Larreta, y compararla con la que se hizo ahora”, explicó un dirigente del espacio, indignado. “No bajaron un peso, ¿se lo gastaron todo en la interna?”, añadió. La misma fuente estimó que hubo, en promedio, la “mitad de las mesas que se desplegaron en las elecciones locales”.