
El Gobierno respaldó la iniciativa del ministro del Interior,
Wado de Pedro, de reunirse con toda la dirigencia partidaria en una convocatoria en que la única fuerza en poner condiciones fue
Juntos por el Cambio. La idea oficialista de hacer un llamado al diálogo es establecer algunos acuerdos para la convivencia política que ayuden a
“salir de esta situación en la que está cuestionada toda la dirigencia política, social, la Justicia y los medios, por haber contribuido, de alguna manera, a que esta situación llegara tan lejos”. “El Presidente entiende que tenemos que construir una Argentina de diálogo”, puntualizó la portavoz del Gobierno,
Gabriela Cerruti, al referirse a la convocatoria lanzada a toda la oposición, aunque no todavía por los canales formales.
El objetivo, en este sentido, es convocar a que todos se sienten a una mesa luego del atentado contra la vicepresidenta, que en palabras del Gobierno fue un hecho en el que “se cruzaron todos los límites” y se
“actuó por afuera de los márgenes de la democracia”. “Dos ciudadanos decidieron actuar por afuera de los límites de la democracia y esto nos obliga a replantearnos cuál es el pacto democrático”, afirmó Cerruti. Quien añadió que en esa ruptura el pacto “se puso en zozobra y tiene que ser ratificado”.
Asimismo cuestionó la postura de la presidenta del PRO,
Patricia Bullrich, por aún no haberse expresado en contra del atentado.
“Es grave que la presidenta del principal partido opositor todavía no haya repudiado, como sí lo hicieron los demás” dirigentes.
MISA A LUJÁN
Por otra parte, la portavoz confirmó que el jefe de Estado “invitó a todo el gabinete” de ministros a asistir a la ceremonia religiosa del próximo sábado en Luján “por la paz y la fraternidad de los argentinos” convocada por el intendente de ese distrito, Leonardo Boto. Alberto Fernández “decidirá entre hoy y mañana” si él también estará en la Basílica de Luján.
“Sea cual fuere la responsabilidad penal (del atentado contra CFK), tenemos que replantearnos como sociedad si seguimos en la senda en que un sector de la sociedad cree que hay quienes no pueden vivir” por el mero hecho de pensar distinto. “El límite son los discursos de odio”, puntualizó Cerruti.