Un estudio de Fundar esta llevando a cabo un diagnóstico vinculado con el Régimen de Tierra del Fuego que data de 1972 y sobre todo de su Subrégimen Industrial. La iniciativa guarda relación con un plan para pasar de otorgar beneficios a la facturación de las empresas a premiar el valor agregado. En la actualidad, el Subrégimen Industrial tiene un costo fiscal anual de USD 1070 millones, equivalente al 0,22% del PBI nacional.
Cabe señalar que en 2022 se cumplió medio siglo de la sanción de la Ley 19.640 de exención impositiva en el entonces territorio nacional de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur. El objetivo geopolítico de la Ley, basado en impulsar el crecimiento de la población, se cumplió con creces: la isla pasó de 13 mil habitantes a 190 mil en 2022. El subrégimen fomentó la radicación de nuevos establecimientos productivos y la expansión del empleo privado. Sin embargo, en la actualidad el subrégimen no plantea un esquema de salida en el que se desarrolle un conjunto de actividades que sean económicamente sustentables para la provincia.
El estudio “Hacia una transformación productiva posible en Tierra del Fuego”, coordinado por el director de Política Productiva, Tomás Bril Mascarenhas, y el investigador asociado Juan Carlos Hallak, realiza un diagnóstico del régimen: el costo fiscal que genera para el Estado nacional, el valor local que genera y las exportaciones que produce.
Actualmente un reducido número de grupos económicos concentra la actividad del subrégimen: Más del 50% de las ventas están concentradas por Mirgor y Newsan, que sumadas a Radio Victoria, Río Chico, y BGH alcanzan cerca del 80%. El subrégimen industrial genera un costo fiscal anual de 1070 millones de dólares, equivalente 0,22% del PBI nacional, más del doble del presupuesto del CONICET para 2021 o el 39,3% del gasto público anual en AUH y AUE. Como está diseñado, no ha logrado que la competitividad de los productos electrónicos fabricados deje de depender de los beneficios fiscales que la sostienen. Esta política pública estimula una marcada orientación al mercado interno argentino por lo que no ha logrado generar la autonomía económica de Tierra del Fuego.
El debate ha puesto en el centro del discusión el hecho de si es conveniente o no de mantener el Régimen de Tierra del Fuego. Sin embargo, más allá de invocaciones generales a la necesidad de revisarlo, o incluso propugnar su remoción inmediata, no hay propuestas concretas para un cambio gradual y viable que permitan guiar el debate y la construcción de acuerdos para hacerlo posible.
"Hay una posibilidad enorme de diversificar la estructura productiva de Tierra del Fuego, un potencial concreto y real que, con recursos suficientes, se puede desarrollar", afirmó Hallak.
Los documentos muestran un camino viable hacia la transformación productiva en la provincia, basada en la diversificación y la sustentabilidad. Transitar dicho camino requiere inversiones significativas, tanto públicas como privadas, pero se estima que el ahorro fiscal que se lograría por la reformulación propuesta es más que suficiente para financiar las necesidades de promoción de la diversificación productiva.
"Existe en la provincia una oportunidad de diversificación hacia sectores dinámicos, con potencial para crear empleo y exportar, como Turismo, Economía del conocimiento, Energía y petroquímica, el polo logístico antártico y el polo académico científico", señaló Bril Mascarenhas.
DE QUÉ TRATA LA PROPUESTA DE REFORMULACIÓN
La iniciativacontempla una profunda revisión del esquema de incentivos fiscales que establece el subrégimen industrial. Tiene como eje central pasar de premiar la facturación de las empresas a estimular esfuerzos locales de innovación y de agregación de valor; al mismo tiempo que busca un significativo ahorro fiscal por la remoción de beneficios asociada a la porción de valor agregada en el exterior.