01.12.2023 / Tesoro

Quién es Rodolfo Barra, el futuro Procurador del Tesoro de Milei que fue parte del gobierno de Menem

El reconocido jurista, que fue ministro de Justicia durante el gobierno de Carlos Saúl Menem y que renunció cuando revelaron su pasado nazi, , estará a cargo del equipo de abogados del Estado.




El presidente electo, Javier Milei, confirmó este viernes que Rodolfo Barra será el nuevo Procurador General del Tesoro. Este jurista de extenso recorrido en lo privado como lo estatal, integró la Corte Suprema de Justicia y que fue luego ministro de Justicia durante el gobierno de Carlos Saúl Menem, ahora buscará el blindaje legal al plan de reformas que pondrá en marcha Milei desde el próximo 10 de diciembre. 

Barra es un abogado recibido en la Universidad Católica Argentina (UCA) en 1970, doctor en Ciencias Jurídicas y especialista en Derecho Administrativo, a los 75 años, se transformará en una figura central del gobierno de La Libertad Avanza. 

 Impulsado por Roberto Dromi, a cargo del Ministerio de Obras Públicas, Barra se había sumado a la administración de Menem ni bien asumió el 10 de julio de 1989 para conducir el proceso de privatizaciones de empresas públicas como ENTEL, Aerolíneas Argentinas y Ferrocarriles Argentinos, entre otras, desde esa cartera. Como viceministro intervino en la elaboración de la Ley de Reforma del Estado, que se aprobó un mes más tarde.

Luego, tras un breve paso por Interior, en 1990 fue propuesto para integrar la Corte Suprema. Fue uno de los jueces que el entonces mandatario propuso para que el máximo tribunal pase de cinco a nueve integrantes. Renunció a ese puesto en 1993. Al año siguiente, fue uno de los convencionales constituyentes y ese mismo año Menem lo nombró ministro de Justicia, cargo al que renunció en 1996, después de una denuncia en la que se lo sindicaba como integrante en su juventud de la agrupación Tacuara, de orientación filonazi.

Como ministro se lo recuerda por ser el autor de la llamada "Ley Mordaza", un proyecto que buscaba limitar la actividad de la prensa. Barra proponía aumentar las penas por calumnias e injurias; la ley anticorrupción, que prohibía publicar las declaraciones juradas de bienes de los funcionarios, y una ley que permitía a la policía requisar y secuestrar elementos sin autorización judicial.

Su salida del gobierno menemista comenzó cuando una nota de Página 12 reveló que en su juventud Barra había arrojado alquitrán contra una sinagoga y tenía una postura nazi y ultranacionalista, con un paso por el grupo Tacuara.

El futuro funcionario de Milei nunca negó su perfil profundamente religioso y vinculado con el Opus Dei, incluso la renuncia de Barra trascendió cuando organizaciones judías de Argentina se preparaban para manifestarse frente a la Casa de Gobierno en contra del ministro.
Días antes, la Revisa Noticias había publicado una foto de Barra a los trece años haciendo el saludo nazi junto a varios compañeros de militancia. A su renuncia dejó una frase para la posteridad: “Si fui nazi, me arrepiento”.



Tras alejarse  de la función pública se dedicó a la abogacía, asesoró a importantes compañías y mantuvo el vínculo con políticos del menemismo. Dio conferencias y seminarios tanto en el país como en el exterior y escribió varios trabajos en publicaciones especializadas. En 1998 lo designaron para conducir el Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos (ORSNA).

En la publicación del libro Los noventa, la Argentina de Menem, coordinado por Eduardo Menem y Carlos Corach, hace dos años, Barra sostuvo: “Menem, con su revolución silenciosa (nunca fue pregonada como tal) corrigió de raíz aquella caótica situación, que ya no era producto de malos o desafortunados gobiernos sino de la estructura misma de la relación Estado-Sociedad. Menem sometió al gordo fofo a un entrenamiento y dieta intensivos, y consiguió, en poco tiempo, sin conflictos sociales y sin medidas autoritarias, un Estado delgado y musculoso que al año 1999 iba en camino seguro, aunque siempre difícil y con contratiempos, de llegar a lo que podríamos llamar una situación óptima de competitividad atlética”.