12.08.2025 / FRAGILIDAD DE RESERVAS

El último desembolso del FMI facilitó al Gobierno la recompra de Letras Intransferibles por US$2.000 millones al BCRA

La operación con las Letras Intransferibles, financiada con el último desembolso del FMI, genera inquietudes sobre el verdadero impacto en las reservas netas del país. Aunque técnicamente mejora su composición, la maniobra refleja la persistente vulnerabilidad económica.





El Ministerio de Economía anunció la recompra de Letras Intransferibles en poder del Banco Central (BCRA) por un monto efectivo de US$2.000 millones, el pasado lunes 11 de agosto. Según informaron desde la cartera, esta transacción fue posible gracias al último giro del Fondo Monetario Internacional (FMI) como parte del Programa de Facilidades Extendidas, y responde a una estrategia para “fortalecer” las reservas del BCRA y mejorar su capacidad de “respaldo” frente a los pasivos bancarios.

El instrumento recompra refiere a la Letra del Tesoro Nacional Intransferible en dólares, con vencimiento en abril de 2029, emitida originalmente en 2024 por un valor nominal de US$3.268,79 millones. El precio de recompra fijado, de US$61,18 por cada US$100 de valor nominal, implica un importante descuento para el Tesoro. “Esta compra servirá para continuar el proceso de recapitalización del BCRA”, explicó el secretario de Finanzas, Pablo Quirno Magrane.

Esta es la segunda recompra que realiza el Gobierno en 2025, tras una operación similar en mayo que involucró US$12.000 millones provenientes del primer desembolso del FMI. En conjunto, ambas operaciones permitieron cancelar deuda bruta por US$16.886 millones, reducir pasivos en US$2.886 millones y recapitalizar al BCRA con US$14.000 millones. Sin embargo, pese a estas maniobras, el nivel de reservas netas continúa siendo un punto vulnerable para el programa económico vigente.

Desde el punto de vista contable, el pase de dólares desde el Tesoro al Banco Central no incrementa las reservas brutas, pero modifica la composición de las reservas netas disponibles para intervenir en el mercado cambiario. Esto se debe a que las divisas del Tesoro depositadas en el BCRA se computan como encajes, mientras que una vez transferidas a activo, forman parte del patrimonio neto del Central.

A pesar del alivio temporal que representan estas recompras y la flexibilización de metas acordadas con el FMI, privados advierten que el Gobierno aún debe sumar unos US$6.600 millones en reservas netas durante lo que resta del año para cumplir con los objetivos revisados. La posibilidad de alcanzar esta cifra dependerá en gran medida de la reapertura a mercados internacionales y de la capacidad del equipo económico para administrar la liquidez y controlar la volatilidad cambiaria.

En este sentido, el Fondo reconoció los avances en la normalización fiscal y monetaria, pero alertó sobre la fragilidad externa, la baja cobertura de reservas y la dependencia de capitales de corto plazo. Además, exigió mayor coordinación entre el Tesoro y el Banco Central para estabilizar las tasas de interés y un esquema cambiario más definido para mediano plazo. El próximo examen del FMI está previsto para el 23 de enero de 2026, un desafío que llegará cuando ya haya un nuevo gobierno y que tendrá en el dólar su principal foco de atención.