
El economista estadounidense Robin Brooks advirtió que la decisión del Gobierno de mantener el dólar fijo antes de las elecciones legislativas provocó “la mayor fuga de capitales en más de 20 años”. Según el analista de la Brookings Institution, esa estrategia permitió a Javier Milei llegar fortalecido a los comicios, pero a costa de agravar la fragilidad financiera del país.
Brooks explicó que la sobrevaluación del peso y la incertidumbre electoral empujaron a los ahorristas a cubrirse en moneda extranjera. “Una vez que esos ahorros salen del país, no vuelven”, escribió el ex economista del FMI y del Instituto Internacional de Finanzas, quien acompañó su análisis con gráficos del Banco Central que muestran un salto abrupto en la salida de capitales desde agosto.
El especialista comparó el fenómeno con la fuga registrada en 2019, durante el final del gobierno de Mauricio Macri, y sostuvo que el episodio actual “probablemente sea peor”. Según detalló, los meses previos a las elecciones concentraron un volumen de retiro de fondos que superó ampliamente los picos anteriores, reflejando el deterioro de la confianza en la política económica y en la sostenibilidad del tipo de cambio.
En su informe, Brooks apuntó al núcleo político de la medida: “La fuga de capitales fue una consecuencia directa de mantener el tipo de cambio fijo por razones electorales”. En su visión, si el Gobierno hubiera permitido una corrección cambiaria antes de los comicios, el drenaje de divisas se habría contenido, ya que no habría expectativas de devaluación inmediata.
El economista recordó que “la historia argentina muestra que las fugas de capital nunca se revierten” y advirtió que el país enfrenta ahora un daño estructural: menor disponibilidad de dólares, menor crédito y menos inversión. “Una economía que pierde sus ahorros internos queda condenada a la dependencia externa”, agregó.
Finalmente, Brooks criticó la “fijación argentina con el dólar”, a la que calificó como “una distracción que aleja del debate real sobre productividad y confianza institucional”. En su conclusión, sostuvo que el país necesita menos control político sobre el tipo de cambio y más políticas estables que devuelvan previsibilidad al sistema financiero y credibilidad al peso.