Un brote de gripe inusual encendió las alarmas en Europa, Estados Unidos y varios países de Asia, donde la variante H3N2 subclado K adelantó semanas el inicio de la temporada y disparó las tasas de contagio. Según reportes sanitarios, el incremento de consultas y la presión hospitalaria marcaron un invierno particularmente desafiante para autoridades y profesionales de la salud, que ya desplegaron medidas de contingencia ante la saturación de los servicios.
La Organización Mundial de la Salud advirtió que el pico epidémico llegó entre tres y seis semanas antes de lo previsto y que la circulación simultánea del virus respiratorio sincitial y el SARS-CoV-2 complicó el diagnóstico diferencial. En países como España, Alemania, Francia, Reino Unido y Japón los registros superaron ampliamente los del año pasado, mientras que los CDC de Estados Unidos confirmaron que el subclado K se volvió dominante y podría extender la ola gripal hasta la primavera.
Especialistas consultados por agencias internacionales explicaron que las mutaciones del subclado K le permitieron evadir parte de la inmunidad natural y la generada por las vacunas actuales, lo que aumentó su transmisibilidad en ambientes cerrados y poco ventilados. La mayor afectación se observó en menores de cinco años, adultos mayores y personas con patologías crónicas, con síntomas como fiebre alta, dolores musculares, tos seca y fatiga, cuadros que suelen confundirse con COVID-19 u otros virus respiratorios.
Frente a la presión creciente, hospitales y centros de salud de Europa y Norteamérica reforzaron plantillas, activaron zonas de aislamiento y recomendaron el uso de barbijos en espacios sanitarios. En paralelo, organismos como el ECDC alertaron que la simultaneidad viral podría comprometer la atención regular si la demanda se mantiene elevada, especialmente durante el período de vacaciones del personal.
Pese a que la efectividad de la vacuna contra este subclado puede ser menor, expertos y autoridades insistieron en que continúa siendo la principal herramienta para evitar complicaciones graves, hospitalizaciones y muertes. También remarcaron la necesidad de testeo oportuno, ventilación de ambientes, lavado frecuente de manos y consulta médica ante síntomas persistentes. Para los grupos de riesgo —adultos mayores, niños pequeños, embarazadas, personas con enfermedades de base y trabajadores de la salud— el llamado a la vacunación fue categórico, en un invierno que promete seguir bajo fuerte presión epidemiológica.