La Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA) advirtió que durante noviembre los precios de la carne vacuna registraron una fuerte aceleración mensual que volvió a ubicarlos muy por encima de la inflación general, con un alza del 8,3% en el mostrador según el Ipcva. Dicha escalada consolida una tendencia de encarecimiento sostenido a lo largo del año y vuelve a impactar sobre el poder adquisitivo de los hogares.
En noviembre, los cortes vacunos exhibieron subas generalizadas, encabezadas por el asado, que aumentó 13% y superó los $13.300 por kilo, mientras que la nalga, el cuadril y la carne picada común también registraron incrementos de entre 9% y 10%, en contraste con el pollo entero, que volvió a bajar y acumuló una caída de casi 7% en los últimos cuatro meses.
La comparación interanual dejó un panorama aún más marcado,
con aumentos promedio del 53,2% respecto de noviembre de 2024 y subas que en algunos cortes superaron el 70%, muy por encima del 31,4% que marcó la inflación minorista en el mismo período, una brecha que posiciona a la carne como uno de los alimentos con mayor incidencia en el deterioro del ingreso real.
Desde el lado de la oferta, la producción de carne se mantuvo prácticamente estable en el acumulado del año, aunque noviembre mostró caídas mensuales e interanuales, mientras que las exportaciones retrocedieron cerca de 10% por la menor demanda de China y una fuerte baja de los envíos a Israel. Pese al contexto, lo llamativo es que el consumo no mostró una retracción significativa, ya que, según datos de CICCRA, la ingesta per cápita creció 3,4% interanual y alcanzó los 48,3 kilos por habitante al año, lo que equivale a 1,1 kilos más por persona y un total de 2,101 millones de toneladas res con hueso consumidas entre enero y noviembre.
Igualmente, desde el sector advierten que el alza aceleró cambios en los hábitos de compra, con un mayor corrimiento hacia carnes alternativas como el pollo y el cerdo y una creciente brecha entre carnicerías y supermercados, donde los aumentos fueron menores, una dinámica que expone las dificultades de las familias para sostener el consumo de carne vacuna debido al retroceso en materia de ingresos.