El gobierno de Mauricio Macri apostó de lleno por Hillary Clinton en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos y, aconsejado por su equipo diplomático, fue el propio Presidente de la Nación el que en plena disputa electoral expresó su preferencia. En un evento organizado por Bill Clinton, ex presidente norteamericano y esposo de la derrotada candidata demócrata, el jefe de Estado argentino enfatizó públicamente que lo esperaba en nuestro país "como primer caballero".
La canciller argentina,
Susana Malcorra, fue muy clara sobre su inclinación hacia el Partido Demócrata durante toda la campaña e incluso tras conocerse el triunfo de Donald Trump. La ministra de Relaciones Exteriores saludó por cortesía, y con frialdad, al magnate electo pero
disparó que "es una pena no ver una mujer tan capaz elegida para esa importante responsabilidad". ¿Traerá consecuencias negativas para el país?
El Gobierno argentino, más alla de negarlo, está preocupado por el futuro de las relaciones bilaterales con Estados Unidos porque el macrismo apuesta gran parte de su estrategia geopolítica, y de búsqueda de inversiones, a esa "amistad" entablada con la gestión de Barack Obama. Según el diario La Nación, desde la Casa Rosada expresaron el miedo del oficialismo: "
El resultado generó una enorme sorpresa, porque se esperaba otro ganador, ahora habrá que pensar una estrategia para la nueva relación con los Estados Unidos. Es un cambio de escenario mundial".
Cambio de estrategia. Según el mismo matutino,
Malcorra comenzó a entablar los primeros contactos con el Partido Republicano y Macri envió a Washington a funcionarios de su más extrema confianza para reflotar relaciones con la agrupación política que era la aliada natural de PRO en sus inicios y de la cual se había distanciado por Trump.
Habrá que ver que opina el nuevo oficialismo estadounidense de, entre otros temas, el embajador argentino en su país.
Martín Lousteau fue contudente sobre su postura a horas de los comicios: “Frente a una relación establecida, la continuidad en la administración (demócrata) hace más fluida las cosas”.
