08.11.2018 / Opinión

Melco, el gurú que Macri no escucha

A pesar de que el economista mantiene comunicación con Mauricio Macri desde que dejó su cargo en el Banco Nación, sus pronósticos sobre la situación económica quedan siempre fuera del panorama de consideraciones oficiales. ¿Por qué?

por Estefanía Pozzo




Hay una voz que resuena con frecuencia en los medios, entre empresarios y en la City pero no en la Casa Rosada: la de Carlos Melconian.

A pesar de que el economista mantiene comunicación con Mauricio Macri desde que dejó su cargo en el Banco Nación, sus pronósticos sobre la situación económica quedan siempre fuera del panorama de consideraciones oficiales. ¿Por qué?

Él mismo lo contó hace un tiempo: “Siempre tuve de enemigo a Durán Barba”. “En la política lo general es no responder. Y a mí me cuesta la sanata. Durán Barba quiere que no respondan y yo quiero responder”, contó alguna vez.

Cuando todavía formaba parte del Gobierno, Melconian era considerado uno de los halcones, de los duros. En la vereda del frente estaba Alfonso Prat-Gay, autor del gradualismo. Estas dos vertientes marcaron el tono del primer gran debate económico de la administración de Cambiemos: si ajustar “más lento” buscando financiamiento externo (después de acordar con los fondos buitre); o hacer un ajustazo de golpe en los primeros dos años de Gobierno, con una elección de medio término en la que consolidar el poderío político de la administración nacional.

Si gradualismo vs. shock era el dilema, el ajuste fiscal siempre fue una certeza.

Melconian disputó siempre la ejecución de la política económica. Hagamos un repaso por su gratest hits de declaraciones con más rebote en los medios:

Boludeaste dos años con las buenas ondas y ahora vas a recoger inflación y nivel de actividad en la previa de la elección.
Estábamos en lo que llamo el 'plan perdurar'.
No falló la velocidad del gradualismo, hay un problema de política económica.
¿Hay que seguir mintiéndole a la gente para ganar una elección?
No hay un programa económico consistente, lo que hay es un acuerdo con el FMI.
Esta mala praxis en materia económica fue siempre acompañada por la idea política de "si no estoy yo, viene el cuco" y eso es muy costoso en términos de economía. Ahí hay un error de gestión. Es muy difícil. Y sin diseño macro, ahí hay un conflicto.
Se está criando el primo hermano del monstruo. Guarda, no te las vas a poner de sombrero a las Leliq.
Si es el FMI que yo conozco desde que mi abuelita era joven, va a pedir algo a cambio.

Hace un tiempo, desde esta misma columna, le preguntamos a varios economistas si la crisis económica que atravesaba el país era producto de la ideología o la mala praxis del Gobierno. De forma muy resumida, la respuesta generalizada fue que era una combinación de ambas.

Podemos retomar esta pregunta pensando en el rol de Melconian, que comparte con Macri la biblioteca de lecturas sobre el funcionamiento de la economía en general y de la argentina en particular. ¿Por qué el economista podía advertir, casi a tono con la oposición, los riesgos de las decisiones económicas? ¿Es la ideología una explicación válida para la actual crisis que atraviesa el país? ¿Por qué Macri tomó las decisiones que tomó, a quién escuchó?

Macri puso en la balanza la variedad de opiniones que recoge quien tiene la responsabilidad de la última palabra. Marcos Peña y Jaime Durán Barba tienen en ese terreno un peso específico propio difícil de disputar.

Sería naif acusar al gobierno de usar encuestas de opinión y tomar decisiones en base a los resultados, porque alguna parte de su éxito electoral y político se sustenta en la utilización de esas herramientas. Pero la opinión pública es muy volátil y no tiene la responsabilidad de gestionar el conjunto de los intereses de la sociedad.

El problema es cuando se piensa que gobernar es comunicar. La gestión política, y mucho más en el terreno de la economía, incluye administrar conflictos de intereses, especialmente cuando se trata de la puja distributiva. En ese sentido, la economía siempre es política. Quián gana y quién pierde con las decisiones económicas habla mucho más de un gobierno que de las cosas que elige recoger en su relato.

Melconian es el gurú que Macri no escucha. O, dicho en el estilo picante del economista: “El presidente es un amigo mal asesorado”.