El gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, fue reelecto con un triunfo aplastante. Escrutadas el 74% de las mesas,
Schiaretti obtuvo el 54,9% de los votos, mientras que su inmediato competidor, Mario Negri, de Córdoba Cambia -versión local de Cambiemos- obtuvo apenas el 17,6% y Ramón Mestre, de la UCR, cosechó el 11,2%.
Luego de emitir su voto, Schiaretti intentó quitarle cualquier tipo de interpretación nacional a la elección pero no lo consiguió: en el bunker de Hacemos por Córdoba los militantes cantaron "y ya lo ve... es para Macri que los mira por TV".
No obstante, al salir a dar su discurso de victoria, Schiaretti remarcó su posición al señalar que se trató de "una elección municipal y provincial que nada tiene que ver con las elecciones nacionales", aunque también envió mensajes para quienes se anotan en la carrera presidencial.
"Los cordobeses queremos y valoramos la moderación, no queremos la grieta, que sirve para ganar elecciones pero no sirve para gobernar. Y a veces, como quedó demostrado hoy, tampoco ganan elecciones", lanzó el mandatario, quien también reivindicó su pertenencia al "peronismo federal, democrático y republicano".
El triunfo fue celebrado tanto por el PJ nacional, que destacó la "unidad", como por los dirigentes del otro polo del peronismo, entre los cuales se destacó el ex ministro de Economía Roberto Lavagna. También los referentes de Argentina Federal como Sergio Massa, Juan Manuel Urtubey y Miguel Pichetto, quienes no fueron a Córdoba pero saludaron a la distancia a Schiaretti, al tiempo que trataron de capitalizar la victoria.
En tanto, al reconocer la derrota Negri sostuvo que "se trató de una batalla muy desproporcionada electoralmente" y dijo que él no tiene "nada para festejar", en alusión a la pelea por separado que mantiene con su correligionario Mestre, al tiempo que aseguró que asume "toda la responsabilidad".
Por su parte, Mestre -que como intendente de Córdoba sufrió una derrota por partida doble porque también allí arrasó el peronismo- dijo haber "recibido claramente el mensaje de las urnas con dolor, pero también con mucha sinceridad" y agregó: "Ni bien termine mi mandato, mi vida política va a comenzar de cero, con mucha humildad y autocrítica".
A las felicitaciones para Schiaretti se sumó el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, algo que no le gustó nada a la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, quien dijo que "hubiera preferido que el ministro del Interior acompañara más a los candidatos de Cambiemos". En su paso por Córdoba para apoyar a Negri, Carrió cosechó un repudio muy grande al decir que "gracios a Dios se murió De la Sota", en referencia al histórico caudillo cordobés y padrino político de Schiaretti.
La derrota de Cambiemos, de todas formas, no puede atribuirse solo a Carrió. La alianza gobernante a nivel nacional se rompió en la provincia luego de que Negri y el Gobierno rechazaran el pedido del intendente de Córdoba Capital y presidente de la UCR provincial, Ramón Mestre, de dirimir la candidatura del espacio en internas.
Finalmente, Negri y Mestre compitieron por separado. El diputado nacional recibió la visita y el apoyo de los principales dirigentes del oficialismo nacional, como María Eugenia Vidal, Horacio Rodríguez Larreta y Gerardo Morales, y aún así perdió por una diferencia humillante en la provincia que le dio el triunfo a Mauricio Macri en 2015.
Mestre perdió, además la capital, donde su candidato
Rodrigo De Loredo (un radical muy cercano al PRO) quedó tercero, con el 17% de los votos. El diputado nacional, Martín Llaryora, la apuesta de Schiaretti y el peronismo cordobés para volver a gobernar la Ciudad consiguió el 37% de los votos. Segundo quedó Luis Juez, de Cambiemos, con el 19%.