23.05.2019 / Opinión

Las pibas al poder

A pesar de aquellxs que minimizan la política feminista, la candidatura de Ofelia Fernández es la primera réplica de la construcción asamblearia en la política institucional.

por Estefanía Pozzo




A partir de 2015 nos empezaron a llamar la atención en las marchas.Carteles hechos a mano, glitter, uniformes y guardapolvos de colegio tomaron la calle sostenidos por cuerpos que devinieron en un sujeto político masivo: lxs adolescentes. Anclados en una trayectoria histórica de militancia política, la emergencia de Ni una menos y la masividad de los feminismos populares catapultó a les estudiantes secundarios como un actor colectivo potente de la política argentina actual. “La revolución de las hijas”, terminó nombrándoles la periodista Luciana Peker a propósito del debate por la legalización del aborto.

En medio de la marea de pibes y pibas, una de ellas se destacó especialmente. Era 2017 y los colegios porteños protestaban por la reforma educativa que impulsaba el gobierno de la Ciudad, según la cual lxs estudiantes iban a tener hacer pasantías en empresas sin cobrar un peso. A cuatro semanas de haberse iniciado las primeras tomas, desde el programa que conducía en ese momento Pamela David en América enviaron un móvil al colegio Carlos Pellegrini. Hablaron con la presidenta del centro de estudiantes: Ofelia Fernández. La entrevista se volvió viral porque, luego de que Carlos Monti la interrumpiera llamándola “chiquita”, ella le respondió: “Chiquita no me digas”. Pero toda la entrevista es impactante. Ofelia se banca no una sino una serie de cuestionamientos: primero, la conductora le dice que vaya a “lo importante”; luego Amalia Granata le pregunta si milita “en algún partido político” y al final del móvil el escritor Luis Beldi la acusa de tomar el colegio con el dinero de sus impuestos para cerrar con un “sos autoritaria, dictatorial”. Dejemos de lado por un momento que era una menor de edad contra varios adultos indignados. A partir de ese momento, Ofelia se volvió una referencia. Por su claridad, por su militancia, por su contundencia y, sobre todo, por ser una piba en la Argentina de las movilizaciones feministas. Las individualidades no son nada sin su contexto histórico.

Su intervención en el Congreso en mayo de 2018 prendió fuego todo. Ese día terminó diciendo: “Lo único más grande que el amor a la libertad es el odio a quien te la quita”. Seis meses después, Ofelia publicó un texto en el que enumeraba los motivos por los cuales se había incorporado al Frente Patria Grande. Y ahí surgió la pregunta: ¿Ofelia candidata?

El 17 de mayo de 2019, a través de un video de Instagram, se vino el anuncio: Ofelia hizo público que, con sus 19 años, quiere ser candidata a legisladora porteña.

¿Por qué es importante la candidatura de Ofelia? Por varias cuestiones. Pero quizá la más importante es por el mensaje que brinda a sus pares: la voluntad de llegar a los espacios de poder, en donde se toman las decisiones, es una de las maneras que tenemos en democracia de convertir en realidad el mundo con el que soñamos y por el que militamos. No es la única forma de militancia, pero el Estado es fundamental en la administración de la vida de todxs lxs ciudadanxs. Si no están las pibas ahí, ¿quién ocupa su lugar?

A quienes no les guste Ofelia, pueden armar su propio camino y disputarle el sentido desde la banca de otro espacio político, pero teniendo como horizonte que la discusión en los ámbitos de poder son fundamentales para modificar la realidad. Sería el mejor final posible. La salida siempre es apostar a más política. Y con las pibas al poder.