La licitación de la concesión de la Hidrovía Paraná - Paraguay por
donde se mueve el 75% del comercio exterior del país es un tema que traerá debate ante los actores que se disputan el flamante control. La actual concesión, que se extendió por 26 años, está en manos de la belga Jan de Nul y la argentina EMEPA que estuvo involucrada en la causa de los cuadernos.
La licitación de la Hidrovía, que
implica un negocio de 200 millones de dólares por año y de obras de ampliación de puertos y de ensanchamientos de canales que podrían llegar a los 600 millones de dólares,
está en la agenda del Gobierno ya que se trata de la autopista fluvial que representa el negocio del mayor peaje del país.
Allí el que recauda es un privado que le paga un canon al Estado por lo que dicho negocio
es mirado de cerca por media docena de empresas holandesas, chinas y norteamericanas. Entre ellas, el holding chino Shanghai Dredging Company (SDC) y las holandesas Boskalis, Dredging y Van Hool.
En mayo del año próximo vence la concesión del Sistema de Navegación Troncal (SNT), lo cierto es que l
os actuales concesionarios no obtendrían la renovación no solo por el papel de la empresa Jan de Nul sino por la firma Emepa y su titular Gabriel Romero quien dijo haber pagado coimas para acceder a la explotación de la ruta fluvial.
La intención del Gobierno de federalizar la hidrovía se basa en un proyecto que estaría en carpeta donde se propone concicionarlo a una o dos empresas nacionales para garantizar el calado a 10 piés y que se financiaría a través del pago de pejaes aunque esto pueda quitarle compettividad a los puertos públicos o que
la licitación quede desierta por falta de interés por parte de las empresas de dragado.
También se plantea la conformación de un órgano de control, que es un tema pendiente desde su privatización en la década de los '90, la nueva licitación prevería un organismo integrado por autoridades nacionales, usuarios del Sistema de Navegación Troncal y las provincias.
Con Romero y Jan de Nul casi fuera de la renovación de la licitación
los focos giran hacia China, donde hay intereses reales por su control y distintos grupos se preparan para tomar posesión.