Cristina Caamaño, interventora de la Agencia Federal de Inteligencia, presentará este viernes una denuncia contra el extitular de la AFI macrista Gustavo Arribas y Silvia Majdalani por la venta irregular de armas para los espías de la agencia.
Además de los precios en que hacían las operaciones denunciarán presuntos gastos sin control y contrataciones directas.
Según anticiparon desde la AFI al portal BigBang News desde el año 2017 la conducción de Arribas y Majdalani definió pasar a “rezago” un lote de más de 200 armas, entre las que había escopetas 1270, revólveres calibre 38 y pistolas 9 milímetros, entre otras.
A través de una resolución, la agencia autorizaba la compra de ese armamento a sus agentes con un total de cinco armas por espía.
Otro punto llamativo fueron los precios de ventaa. Hubo revólveres que cotizan a más de 30.000 pesos en el mercado oficial que fueron vendidos a poco más de $5.000. “
Se vendían a muy bajo precio, había pistolas, escopetas y revólveres”, señalaron a BigBang fuentes del organismo de inteligencia.
De hecho, las armas que pasaban a rezago nunca fueron remitidas a la Agencia de Administración de Bienes del Estado. “La Agencia no cumplía con sus propios reglamentos”, afirmaron.
En enero pasado, el sitio web El Cohete a la Luna publicó que las transferencias de las armas (de la AFI a los espías/compradores) quedó a cargo de un solo gestor, que se ocupaba de realizar los trámites y el papeleo tanto en el organismo de inteligencia como en la Agencia Nacional de Materiales Controlados. Cada transferencia costaba $500 y si había que tramitar credenciales (legítimo usuario o legítimo portador) se sumaban otros $300.
Inclusive, la propia AFI, que durante la gestión de Arribas y Majdalani también subastó varios inmuebles, debía recaudar con la venta de armas alrededor de 1,6 millones de pesos,
dinero que no ingresaba porque el organismo había definido descontarles del sueldo a los agentes el monto correspondiente a la compra de las pistolas. “Si hubieran sido autos en lugar de pistolas era lo mismo, lo irregular era el procedimiento”, sintetizaron ante la consulta del mencionado portal.
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Lo que parecía llamativo cuando Caamaño llegó a la AFI como lo eran lascompras de autos de lujo blindados,
gastos reservados para absolutamente todo (la semana pasada dijo que hasta las biromes y los saquitos de mate cocido se compraban con gastos reservados) y polígrafos (vulgarmente conocidos como detectores de mentira) quedó en poco al revisar las oficinas.
Caamaño encontró una carta de amor de un espía pero lo groso que se vio en la calle 25 de mayo fue el arsenal de armas que había en la central de inteligencia.
Ese arsenal era parte del armamento pasado a “rezago” durante la gestión de Arribas que se vendía a los agentes del organismo. Allí había entre 45 y 50 armas (pistolas, escopetas, revólveres, subfusiles, armas automáticas, rifles) que no estaban en uso.
Este viernes, la interventora hará un acto conjunto con la ministra de Seguridad, Sabina Frederic, donde entregarán el armamento. “Les van a dar un mejor uso que nosotros”, sostuvo Caamaño días atrás, en una charla virtual con abogados y jueces en la Facultad de Derecho.