05.09.2022 / Chile

Chile: ganó el rechazo a la nueva Constitución y se abre un desafío para Boric

Con el 61,87% de los votos se impusó el rechazo a la nueva Constitución chilena contra 38,13% favorable a la aprobación. Una diferencia que sorprendió. El presidente Boric habló de cambios en su gabinete en búsqueda de reactivar el proceso constituyente tras la derrota.





Chile rechazó ayer por amplia mayoría la nueva Constitución redactada este año por la Asamblea Constituyente y mantiene la aprobada en plena dictadura de Augusto Pinochet que no cuenta con discusión política ni participación ciudadana.

Desde hacía varias semanas crecía el miedo entre el Gobierno y muchos de los simpatizantes de la campaña del Apruebo de que iban a perder en las urnas. Pero el rechazo se impusó por 61,87% contra 38,13%, con el 66.86% escrutado.



Tras conocerse el resultado, el presidente Gabriel Boric llamó a los dirigentes políticos a escuchar “la voz del pueblo” que se expresó “de manera fuerte y clara” en la consulta y anticipó que hará cambios en su gabinete: “Hacer frente a estos importantes y urgentes desafíos requerirá prontos ajustes en nuestros equipos de gobierno, para enfrentar este nuevo periodo con renovados bríos”, apuntó.

Al mismo tiempo, convocó a líderes de los partidos políticos y de las dos cámaras del Congreso para analizar este lunes por la tarde la continuidad del proceso constitucional.

“Hay que escuchar la voz del pueblo; esta decisión exige a nuestras instituciones que trabajemos hasta arribar a una propuesta que nos interprete a todos, que dé confianza”, sostuvo el mandatario chileno durante su mensaje.

Y consideró: “Debemos ser autocríticos; los chilenos y chilenas han exigido una nueva oportunidad para encontrarnos y debemos estar a la altura de este llamado; no podemos dejar pasar el tiempo ni enfrascarnos en polémicas, hago un llamado a todas las fuerzas políticas a poner todo de su parte”.

"El camino a nueva constitución jamás será obstáculo para enfrentar los desafíos que ustedes nos han planteado", prometió Boric y aseguró que el país tiene "necesidades que no se agotan en la cuestión constitucional". "La reactivación de nuestra economía, la calidad de la educación, las bajas pensiones y las largas colas de espera en el sistema de Salud", enumeró.



Lo cierto es que durante las últimas semanas, cuando la posibilidad de una victoria del Rechazo se hacía más fuerte en los análisis de las campañas, Boric comenzó a preparar una estrategia frente a la posible derrota, aunque es cierto que nadie esperaba un margen de votos tan amplio.  A pesar del rechazo de este domingo el Gobierno seguirá trabajando e impulsando para abrir un nuevo proceso constituyente.

Desde la coalición de Gobierno, la presidenta del Frente Regionalista Verde Social, Flavia Torrealba, señaló: “Estamos impactados, tristes, pero reconocemos naturalmente la derrota; es una voz que habló de manera muy limpia y que hay que escuchar con humildad y agradecimiento”.

Y resaltó que “la Constitución de Pinochet está enterrada, el proceso sigue en marcha”. “Vamos a una segunda etapa de esta conversación”, aseguró.

Asimismo, la exconvencional Bárbara Sepúlveda, del Partido Comunista, dijo que “Chile va a tener una nueva Constitución; tarde o temprano, la decisión democrática del pueblo se va a volver a manifestar y ese proceso va a representar a las grandes mayorías”.

Mientras que otro referente de una fuerza de la ex Concertación, el ex presidente del Partido Radical Carlos Maldonado consideró que  “Chile quiere una nueva Constitución, pero no quiere esta que lamentablemente tenía graves defectos”. “Cosas rescatables, sí, que las vamos a tener presentes para incorporarlas en un nuevo texto”, se comprometió el dirigente.

Se entiende que muchos de los ciudadanos que votaron Rechazo no estaban convencidos por la Constitución que redactó la Asamblea Constituyente, aunque primaron varios reclamos que encabezaron las protestas sociales de 2019, pero sí estaban a favor de cambiar la Carta Magna del pinochetismo. El desafío que tendrá que enfrentar ahora el presidente Boric es cómo relanzar el proceso constituyente, incluyendo a ese sector.

Porque la derecha más dura chilena acaba de ganar un argumento muy fuerte para resistirse a la nueva discusión constitucional: la legitimación del pueblo. Fue la ciudadanía que se movilizó en 2019 la que se expresó en las urnas y rechazó la nueva Constitución.

EN ARGENTINA TAMBIÉN FESTEJÓ LA DERECHA

Diferentes dirigentes argentinos de la derecha salieron a celebrar el triunfo del Rechazo en Chile. Unos de los primeros fue el ex presidente Mauricio Macri: "Una Constitución es un acuerdo consensuado, no la imposición de unos sobre otros. En Chile prevaleció la sensatez. Queda abierta la oportunidad de dictar leyes inmediatas y pensar en una futura reforma constitucional para consolidar el progreso y la justicia en el país hermano", tuiteó.



Por su parte el diputado libertario Javier Milei felicitó a Chile y señaló que “el pueblo chileno ha logrado evitar que avance en su País las ideas socialistas al rechazar ese panfleto liberticida que tenía patina de una nueva Constitución”. “Ganó la vida, la libertad y la propiedad privada. Hoy ganaron los chilenos de bien”, aseguró.



Mientras que el auditor general de la Nación y ex compañero de fórmula de Macri, Miguel Ángel Pichetto señaló: "Chile no se suicida”. “Los hermanos chilenos han votado hoy a favor de la sensatez y en contra del Estado plurinacional, el mapuchismo y la izquierda comunista", tuiteó el ex diputado peronista.

QUE PROPONÍA LA NUEVA CONSTITUCIÓN CHILENA

La propuesta de nueva Constitución, escrita por 154 convencionales constituyentes elegidos con la participación de los pueblos originarios, buscaba establecer en sus 388 artículos un Estado de bienestar en el país. Entre los cambios principales, postulaba que Chile pasara de ser una “república democrática” a una “democracia paritaria”, asegurando que las mujeres ocupen al menos 50% de todos los órganos del Estado.

También buscaba definir al país como un Estado plurinacional e intercultural, con el reconocimiento de 11 pueblos, que tendrían sus respectivas autonomías regionales indígenas y sistemas jurídicos de los pueblos indígenas con respeto a la Constitución.

Y proponía cambios en el sistema político,  como la introducción de una reelección para el presidente, la eliminación del Senado y su reemplazo por una “cámara de las regiones” con menos poder que aquel y la facultad de elaborar leyes acotadas a acuerdos regionales, y mayores atribuciones a la Cámara de Diputados.