13.11.2025 / JUDICIALES

Amerio destacó que Milei "no designó jueces" a dedo, pero se olvidó de Lijo y García-Mansilla en la Corte

Insólito. El secretario de Justicia, Sebastián Amerio, potencial sucesor de Cuneo Libarona defendió la “meritocracia” judicial pero evitó mencionar los fallidos nombramientos de Lijo y García-Mansilla.





El secretario de Justicia, Sebastián Amerio, afirmó este jueves que “lo primero y principal para dar seguridad jurídica es completar las vacantes de la Justicia”, al presentar ante empresarios la estrategia oficial para cubrir cerca del 35% de los cargos vacíos a nivel nacional y casi el 40% en el fuero federal. En su exposición en la 31ª Conferencia de la UIA, sostuvo que el Gobierno nominará a quienes hayan ganado concursos del Consejo de la Magistratura “en orden de mérito, al primero, segundo o tercero, no al puesto 24”, una definición que buscó diferenciar a la gestión libertaria de las anteriores.

Amerio, sin embargo, omitió referirse al episodio más polémico del oficialismo en materia judicial: los nombramientos por decreto de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla para la Corte Suprema, frustrados luego por el rechazo del Senado. El funcionario aseguró que Milei “no ha designado jueces, cosa que no pueden decir muchos de los presidentes anteriores”, pese a que la designación fallida de los cortesanos se convirtió en uno de los tropiezos más visibles de la gestión.

Mientras el secretario prometía “idoneidad” y transparencia, en paralelo continúan las conversaciones reservadas entre operadores del Gobierno y del kirchnerismo para acordar una lista de pliegos que permita destrabar nombramientos estratégicos. Según fuentes legislativas, Karina Milei encabeza el diálogo por parte del Presidente La negociación incluye cargos sensibles en Comodoro Py, cámaras federales y hasta vacantes en la Procuración General.

El propio Milei reconoció meses atrás que “falta designar alrededor del 40% de los magistrados”, un déficit histórico que afecta la eficiencia del Poder Judicial y que aumenta la dependencia de subrogancias. En total, más de 300 juzgados y fiscalías siguen sin titular, especialmente en el fuero penal, laboral y comercial, un escenario que complica además el programa de desregulación económica que impulsa el Gobierno.

Pese al discurso sobre la independencia judicial, la Casa Rosada enfrenta la misma traba que sus antecesores: el Senado, que debe aprobar cada designación por mayoría especial. Por eso, en el oficialismo reconocen que la única posibilidad real de avanzar es a través de acuerdos “en paquete”.