22.11.2019 / Golpe de Estado en Bolivia

La dictadora boliviana Añez afirmó que no comparte "ideología" con Alberto, pero le pidió continuar "los negocios"

A 12 días del golpe de Estado en el país vecino, la mandataria de facto atacó a Evo Morales, defendió la forma a través de la que accedió al gobierno y negó la matanza que ordenó mediante las fuerzas de seguridad. Además, para referirse a la "relación con Argentina" que buscará, cuestionó las ideas del presidente argentino electo y habló de "negocios" y "clientes".



A 12 días del violento y asesino golpe de Estado en Bolivia que terminó con la gestión de Evo Morales, la dictadora que ocupa el Poder Ejecutivo en el país vecino, Jeanine Añez, atacó al jefe de Estado depuesto, defendió la forma a través de la que accedió al gobierno, negó la matanza que ordenó mediante las fuerzas de seguridad y, además, para referirse a la "relación con Argentina" que buscará cosntruir, cuestionó la "ideología" de Alberto Fernández pero pidió la continuidad de "los negocios" con los argentinos como "clientes"

La mandataria de facto fue consultada en una entrevista con Infobae por el hecho de que Fernández "reconoce a Evo Morales y la desconoce" a ella y, en ese sentido y "sobre todo por el contrato de gas", "cómo encarará esta relación". Y allí disparó: "Si bien no compartimos ideología con Alberto Fernández, tenemos mucha relación con Argentina".

"Son nuestros clientes en la compra de gas, como lo es Brasil. Los negocios deben estar al margen de la ideología política. Ambos países nos necesitamos. Todo lo que se vaya a avanzar, que sea en el ámbito de mutuo respeto y de lo que les conviene a Bolivia y a Argentina, sin que tengan que ver nuestras ideologías políticas", explicó.

Respecto del violento Golpe que aprovechó para llegar al poder, Añez lo negó al sostener que "los bolivianos recibimos un segundo golpe de Estado de Evo Morales el 20 de octubre, cuando se descubre un fraude monumental por el Tribunal Supremo Electoral, que tiene un autor material y uno intelectual".

"Veníamos denunciando que no había garantías", dijo, y completó: "Se difundió una auditoría de la OEA, que concluyó que el fraude fue descarado. A pesar de eso, el Gobierno de Morales quería tomar el poder a la fuerza y eso es un golpe. Es un segundo golpe porque ya fuimos antes a las urnas y Evo Morales perdió el referéndum en el que buscaba prorrogarse, pero no respetó el resultado adverso. Un TSE que trabajaba para Evo puso unas primarias a su beneficio. Fue otro golpe a la democracia. Ante esa sucesión de arbitrariedades, el pueblo reaccionó, nadie incitó a la violencia".